15.

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En algún momento terminó encerrado en el baño, aunque no tenía ganas de ir, debía lavarse la cara porque la sentía ya algo pegajosa por el sudor de su cuerpo. También era una buena excusa para alejarse de lo que sea que esté pasando en la sala. Prefiere el cómodo espacio antes de volver con esos animales en celo - se siente un poco hipócrita, pero no demasiado -.

Pasó sus manos por sus mejillas, frente, el puente de la nariz, parte del cuello y nuca también. Algo más fresco y sintiendo las energías renovadas - mentira, pero al menos su piel está hudratada-, quiso salir y afrontar lo que le espera afuera, pero un cuerpo empujó la puerta obligándolo a volver a meterse dentro del cuarto de baño. ¿La persona en cuestión? Fernández, obviamente que es él.

──Ah, creí que estaba desocupado, disculpa, mala mía, Joa, enseguida salgo. ── Antes de que vuelva a atravesar la puerta lo sujetó de la mano, cerrandola de de un portazo y poniéndolo contra de esta, escuchando un golpe seco del cuerpo de Enzo contra la madera y un quejido de dolor se le escapa. ──¿Qué te pasa, pelotudo?

──¿Tan rápido te vas? ── No quería sonar tan enojado, ni siquiera tenía en mente ponerse a discutir, pero la cara de Enzo siempre lo empuja a ser la peor versión de sí mismo. Quería lastimarlo, tomarlo violentamente como su primera vez juntos, hacerle más daño que aquella vez simplemente para marcarlo.

Sabe que no tiene la musculatura o complexión física de un boxeador ni la fuerza de uno, sin embargo en este momento... siente que es capaz de romperlo simplemente porque Enzo se dejaría, luchará por un rato como suele hacerlo, capaz gritaría o intentaría empujarlo. Pero apenas ponga sus manos sobre él, se derretirá en su toque, dejándose hacer a su placer y voluntad, estando tan vulnerable y dispuesto. Mirando con sus ojitos lleno de deseo, por él, queriendo y necesitandolo como al aire.

Se relame los labios ante sus fantasías, porque sabe que si vuelve a ser así con Enzo, él no va a dudar en cambiarlo, vio con sus propios ojos que tranquilamente podría ser reemplazado sin pensarlo dos veces.

João no quería eso, por supuesto.

──Qué sé yo, capaz andabas esperando a alguien. ── Sus ojos vagaron superficialmente por el cuarto, como escudriñando, y después se fijan en él. Fríos, distantes. ──Kai tenía pinta de alemán culo roto, parece que se suelta con vos.

Siente una especie de deja vu, se cuestiona si burlarse o no por la repentina mención de su amigo.

Sus dedos se deslizan hasta soltar la muñeca del argentino. ──Me tiene confianza, sabe que puede soltarse conmigo.

Rápidamente extraña el contacto de sus pieles, le gustaría ignorar ese enojo burbujeante en su interior y lanzarse a Fernández, podrían hacerlo en la ducha para no correr el riesgo de mancharse o el olor a sudor...

Una carcajada, sarcástica, seca y forzada corta su línea de pensamiento. 

──Mirá vos, qué forma de soltarse la de tu amiguito. ── Sonaba a un reclamo y era un reclamo, pero João no era una persona muy autoconsciente.

──Creo que está bien, ya sabes, que se suelte de esa manera conmigo. ── Se apoya en el mármol del lavamanos, sintiendo que sus uñas mal cortadas son interesantes. ──Porque al menos es fiel a una persona, no como cierta gente que conozco...

──¿¡Ahora tengo que serte fiel!?, ¡recién me entero! ── Exagera su fingida sorpresa, gesticulando con las manos. ──Mira si te voy a ser fiel a vos, tenés suerte de cogerme, tengo el celular estallado de miles de minas y vagos queriendo tu oportunidad.

Felix no es un hombre celoso, sus ex's siempre usaron la carta de "tengo más de un pretendiente" y él nunca sintió nada. Principalmente porque sabía que era mentira, algo que buscaba dañarlo activamente y que no cumplía su función porque simplemente no tenía esos complejos. Ahora... es una historia un poco diferente, totalmente cambiada.

──¿Ah, si? qué bien, ojalá sepan cómo saciarte. ── Hervía de rabia, ¿quiénes eran esos "vagos"?, ¿Álvarez estaba por ahí?, quería saber, quería preguntar. ¿Cuánto tiempo tenía esos mensajes?, ¿contestó alguno?, ¿pensaba buscarle un reemplazo todo este tiemp?, ¿qué hizo mal hasta ahora?

Si algo había que saber de Fernández, es que criar a una hija no es fácil incluso en pareja, así que ciertas mañas suelen pegarse a él. Como las rabietas.

──¡De seguro te chupa un huevo porque ya tenías algo con... ese! ── El enojo se desinflama, tenía la cara roja, la frente fruncida y estaba a nada de hacer pucheros con la boca. Su mirada marrón ardiendo en su tornado de emociones. ──Lo sabía, lo supe desde que querías hacer un trío con él, cada vez que llevas en auto o le haces caballito... 

──Yo no quería hacer un trío.

Enzo parece estar a punto de arremeter de nuevo contra João, pero decide qué está vez, cederá él. No es brusco cuando atrapa el inquieto cuerpo de Enzo en sus brazos, pero sí es rudo cuando lo calla con besos, cada que luchaba mordía sus labios, cada que buscaba aire lo sofocaba con su lengua y si pensó en el nombre de otro hombre simplemente se perdió en el mar de "Joa, Joa, Joa" que inundó el baño.

Se separaron bruscamente cuando tocaron la puerta. ──Hey, is anyone there? I really need to take the bath.

Se miraron en pánico.

──Eh, uh, give me five minutes!!

──Okay.

Esperaron a dejar de escuchar los pasos para darse a la fuga tan rápido como podían, subieron las escaleras a tropezones, rezando para que nadie los cache en su escapada de amantes locos con sus compañeros en el piso de abajo. Apenas terminó de subir los escalones fue jaloneado a un beso deseoso y hambriento, las uñas se clavaron en su espalda sobre su camisa.

¿Seguía enojado? sí, pero ahora está excitado y una cosa es más importante que otra.

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⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

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insuportável | Fernández × FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora