Me senté en uno de los primeros lugares y la miré, ella se sentó en el 10º lugar. Ella sonrió, era tan... ¡perfecta! Sus ojos, sus pestañas, sus labios, su nariz, sus mejillas, su cabello, su cuerpo, sus delicadas manos, su forma de reír, hablar, llorar, gritar, enojarse, como ella lograba que mi pulso se acelerara aún luego de que mi mejor amigo muriera, si el día de hoy me hallaba de pie, era por ella.
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-_____ -Llamé su atención-
-Dime -Dijo casi en un suspiro-
-¿Cómo supiste, lo de la contraseña [si no se ubican, lean el capítulo 4]? -Dije jugando con mis dedos-
-No lo sé -Respondió- yo sólo... No sé
-¡Dime! -Reclame insistente-
-Allí vivía el doctor que visitaba a mi padre cuando él tenía sacroma cardíaco [cáncer al corazón] -Tragó saliva-
Su padre, él murió de sacroma cardíaco hace 5 años, unos meses antes de que mi padre quisiése llevarme con él a California, él se la pasaba en el hospital, y a veces en cama, cuando le daban ataques, para que el doctor lo atendiera sin moverlo, así no sufrían riesgos de hemorragias.
Recuerdo que el día de su último ataque, yo me encontraba en su casa, aferrandome a sus brazos con un nudo en la garganta, ella lloraba, desconsoldaamente, en mi pecho, por la muerte de su padre. Sentí unas ganas inmensas de llorar, pero, si lo hacía, ella se pondría peor.
Suspiré, recuerdo que el doctor dijo "No puedo reparar un corazón", mientras sus ojos estaban a punto de estallar en lágrimas, ya que había perdido a un paciente, a un colega, a un amigo, a un hermano para él.
-¿Cómo sabes que allí vivía? -Dije confundido- ¿No tenía casa propia? ¿Y la antena era de él?
-Luego de que mi padre murió, él se fue del país, para dedicarse a la carpintería, consiguiendo alojarse en un hotel 4 estrellas. Sé que él vivía allí, porque había una foto de él junto a Claris, su esposa y Charlotte, su hija en un marco que había en su escritorio -Suspiró- No sé de quien era esa antena, no sé de dónde salió si quiera -Hizo una sonrisa torcida- Recuerdo que mi madre le enviaba cartas
-¿Lo extrañas, verdad? -Me dirigí hasta donde ella estaba, sentándome a su lado-
-Sí, demasiado -Rió melancólicamente-
-Saldremos de esto -Acaricié su mejilla- los tres, juntos
Chaz salió vestido con ropa seca, pero aún con el pelo un poco mojado, venía con una de mis camperas, reí al verlo.
-Debemos seguir el viaje -Suspiró-
-¿Quieres ir tú de pilóto? -Propuse mientras me levantaba del asiento-
-Est.. -Lo interrumpió un fuerte ruido desde afuera- Algún animal debe estar atacando nuestro helicóptero -Dijo al oír los golpes-
-¡AYUDA! -Gritó, alguien o algo desde afuera-
Miradas cómplices... miradas cómplices de ¿WTF?
-Iré a ver, vayan hasta atrás y busquen las armas -Dije cargando mi pistola-
Abrí lentamente la puerta, sin dejar de apuntar, allí estaba un chico, estatura media, cabello marrón, ojos claros, estaba sudado y algo sucio y apestoso, pero quién era yo para juzgar. Lo apunté con mi arma. No podía confiarme.
-¡NO, NO NO NO! ¡ESPERA! -Gritó agitando sus brazos rápidamente como un psicópata- NO ME MATES
-¿Quién eres? -Dije sin dejar de apuntarlo-
-M...Mi nombre es Louis, Louis Troy Austin -Dijo asustado-
-¿Qué quieres? -Bajé el arma-
-Por favor, por favor ayúdame, no quiero morir, he aprendido a apreciar mi vida, ¡Quiero vivir! -Dijo con lágrimas en sus ojos-
-Ya, pareces niña ¿Cómo se que no intentas... Como se dice -Torcí mi boca- entrar, matarnos a todos y llevarte nuestras galletitas? -Respondí-
-¡No! Ni lo pensaría, ni aunque fueras Cristina Kirchner -Dio varias vueltas para ver si no estaban esos muertos caminantes-
-¿Tienes armas? -Pregunté mirándolo de pies a cabeza-
-Tengo un fierro -Dijo levantando uno con bastante sangre y tierra del suelo-
-Deja eso allí y sube -Miré alrededor- nos quedan algunas horas de viaje