CAPÍTULO 8

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Shuichi entendía que su sirvienta tuviera un mal día, pero que tuviera una mala semana entera le estaba empezando a preocupar.

Kokichi no le hablaba, no le miraba, y llevaba la semana entera sin prestarle ningún tipo de atención. Siempre que le pedía hablar o que jugaran juntos al ajedrez o etc, siempre le decía lo mismo. "No puedo ahora señor Saihara, tengo trabajo".

Era un detective y aún así no podía saber qué pasaba, se sentía un imbécil.
No podía evitar pensar que todo su mal humor empezó a partir de que trajo a su amiga a casa. No sabía si eso tenía alguna relación, también podría haber sido por motivos externos. Pero si sí tenía que ver con kaede, quizá era porque ella no le agradaba, o algo por el estilo. No se le ocurría qué otra cosa en relación con kaede podría brindarle malestar a su sirvienta.

Pero decidió tratar de no enlazar a su amiga y a Kokichi, intentaría hablar con su maid de otra forma.
Bajó las escaleras buscando al pelimorado, le encontró fácilmente. Al verle, éste intentó salir de la habitación, no tenía ganas de estar con Shuichi, pero no se lo permitió.

-Kokichi, ¿Podemos hablar por favor?

-Saihara, tengo trabajo.

-Es una orden, ven a mi habitación, vamos a hablar.

Kokichi le miró con una pequeña mueca de enfado, pero no se negó y subió las escaleras en silencio junto con Shuichi.
Su enfado se esfumó, transformándose inmediatamente en nerviosismo, que recorría todo su cuerpo a modo de escalofrío.

Al estar ambos en esa habitación, Shuichi cerró la puerta, dejándoles solos y en completo silencio. Su sirvienta evitaba el contacto visual, con la mirada en el suelo y jugando nerviosamente con sus dedos.

Ninguno de los dos dijeron nada por unos minutos de incómodo silencio. Finalmente, Shuichi reunió el valor de hablar.

-Kokichi, no sé qué te pasa pero, quería saber si hice algo que te molestó...

El mencionado se quedó en silencio, imágenes de cómo Shuichi le dejaba su chaqueta a kaede inundaron su mente, trayendo con ellas ese sentimiento de celos y rabia. Después de mirarle por unos segundos, suspiró tratando de sacar sus buenas dotes de mentiroso para pintar una sonrisa en su rostro, ignorando con dificultad sus verdaderos sentimientos.

-No, no hiciste nada, es sólo que he estado teniendo unos malos días, nada más...

Shuichi le miró pensativo, y una ola de preocupación sacudió su cuerpo.

-¿Es que... Te pasa algo en casa..?

-¿Qué? ¡No!

-Oh, lo siento, es que como estás aquí trabajando la mayor parte del tiempo pensé qué...

-Por la gloria de Dios, deja de hacer acusaciones falsas Saihara, me voy a trabajar.

Kokichi perdió su paciencia, sonando más brusco que de costumbre, y tratando de huir rápidamente de aquella incómoda situación.
Se dirigió a la puerta a paso rápido, tratando de abandonar la habitación, pero un fuerte agarre en su muñeca no se lo permitió.

Se giró hacia Shuichi, el cual le estaba mirando con seriedad. Sus miradas chocaron por unos segundos, sin que Shuichi soltara el fuerte agarre en su muñeca.
Kokichi terminó por apartar la mirada, y no pudo evitar enrojecer ante la severa mirada del peliazul.

-De verdad que quiero hablar las cosas contigo, no quiero que estemos así... Por favor kokichi, háblame.

El pequeño pelimorado le volvió a mirar, debatiendo interiormente sobre decir la verdad o no. Las imágenes de Shuichi y Kaede por un lado, y el deseo de su madre de salir con Shuichi por el otro.

-No Shuichi, no es nada, pero de verdad, no creo que sea bueno que seamos tan cercanos, dudo que esto le guste a tu novia...

Shuichi miró perplejo al pelimorado, tras analizar las palabras con voz suave y delicada que acababan de salir de su boca. Creyó por completo que ese era el problema, y suavizó su rostro para aclarar el malentendido.

-No, Kokichi no tengo ninguna novia, la chica que vino se llama Kaede y es mi amiga, nada más...

-Oh, vale... ¿Puedes soltarme?

Dijo el mas bajo, observando el agarre de Shuichi sobre su muñeca, que estaba empezando a doler.

-¡Ah! Lo siento...

Hubo un pequeño silencio entre ellos, ambos algo tensos. Kokichi no se sentía capaz de seguir en esa situación tan incómoda, así que retrocedió un par de pasos y se despidió de Shuichi, abriendo la puerta para irse.

-Bueno, uhh... Cuando quieras algo, mhh, me avisas... Adiós.

El pelimorado cerró la puerta y bajó las escaleras corriendo, dejando a un extrañado Shuichi dentro de la habitación.

Quiso contar esto como un malentendido con su sirvienta, esperando que pudieran volver a ser amigos. O eso quería pensar.

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Siento mucho no actualizar, pero tengo que aprobar todos los exámenes y 4⁰ se me está haciendo algo difícil :'

Pero no pasa nada, en vacaciones actualizaré más seguido e intentaré que los capítulos sean mas largos.

Amor amor! ❤️❤️


Maid Service - SaiomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora