CAPÍTULO 9

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Tras pensar durante unos días, Shuichi se estaba dando cuenta lo bien que congeniaba con su sirvienta. Ya le consideraba su amiga, pero quería que Kokichi se sintiera de la misma forma. Así que pensó que, después de aquél incidente con Kaede, quizá era buena idea que se conocieran, presentar a Kokichi ante sus amigos.

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Kokichi estaba volviendo a casa cuando terminó su jornada laboral, cuando le llegó un mensaje a su móvil. Resultó ser Shuichi, el cual parecía querer empezar una conversación.
Kokichi seguía algo molesto con él, pero se supone que ya todo estaba arreglado entre ellos, así que simplemente siguió la conversación.
Estuvieron hablando hasta prácticamente media noche, y Shuichi consideró que era momento para hacer la propuesta.

Shuichi

-Kokichi, ya que pasó lo de Kaede y te considero mi amiga, quizá podrías traer ropa normal mañana y vienes conmigo y mis amigos, así os conocéis

Kokichi miró su teléfono y en cuestión de segundos, una sonrisa se formó en su rostro. Por fin Shuichi le estaba considerando su amigo. Pero algo cortó esa felicidad, y era la confusión de su género.
Sí tenía ropa femenina que su madre le daba, pero odiaba usarla, sobre todo en público. Pero supo que no tenía otra opción, si se ponía otra ropa, quizá podrían descubrir que era un hombre.

Kokichi odiaba lo que le estaba pasando, quería tener amigos, y los quería siendo un hombre.

Mientras se perdía en sus pensamientos, Shuichi miraba con nerviosismo su teléfono, observando cómo su maid no respondía su mensaje, a pesar de que lo había leído y estaba en línea. No sabía si mandar otro mensaje, no quería ser pesado, y ya empezaba a pensar que quizá había sido una mala idea. Fue entonces cuando su mensaje fue respondido.

Kokichi

-No sé, no crees que debería trabajar?

Shuichi enseguida pensó lo enserio que esa chica se tomaba su trabajo, y se apresuró a responderle que no era necesario, que viniera como su amiga y olvidara su trabajo por un día.

Y después de ese mensaje, Kokichi aceptó.

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El pelimorado caminaba nervioso esa mañana, en dirección a la casa de Shuichi. No llevaba puesto su traje habitual, pues Shuichi le dijo el día anterior que no iba a trabajar.

Estaba algo nervioso, nunca supo socializar por su apariencia, ya desde pequeño, por lo que nunca tuvo amigos, y ahora tener encima la presión de conocer gente usando ropa femenina alimentaba sus nervios.

Al tocar la puerta, ésta fue abierta por un emocionado Shuichi, que observó a su sirvienta con una amplia sonrisa. El detective estaba contento de poder aumentar su grupo de amigos, estaba seguro de que se llevarían muy bien con su sirvienta.

Ambos subieron a la habitación de Shuichi mientras este observaba la ropa de su contrario.
Tenía una falda algo larga, y una sudadera bastante ancha.
Shuichi no podía evitar pensar en lo bien que le quedaban esas prendas, sin embargo el pelimorado las aborrecía. No sólo la falda, también esa sudadera. Tenía que ser ancha para disimular que no tenía pechos. Dios, realmente odiaba esa ropa.

Esperaron hasta la tarde, Kokichi estaba feliz de poder por fin hablar de nuevo con el peliazul. Le echaba de menos, aunque seguía inquieto. Cada vez se acercaba más el momento de salir con sus amigos, y se estaba arrepintiendo de haber aceptado.

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Los minutos pasaron rápido, y sin apenas darse cuenta, ya estaban fuera de casa, en camino a la plaza donde habían acordado el encuentro.

Al llegar, kaede les saludó a ambos con la mano para después acercarse a ellos. Miró de arriba a abajo a la acompañante al lado de Shuichi, analizando su apariencia. Kaede saludó a aquella chica y después se giró hacia Shuichi.

-Hola Shuichi, ¿esta es la chica que nos querías presentar? Te llamabas... Kokichi, ¿cierto?

-Eh, sí, encantada...

Aumentó la incomodidad de Kokichi. Inundaron su cuerpo unas inmensas ganas de corregir a Kaede, a Shuichi, a todos, de que no le llamaran mujer, de que no era ninguna mujer.
Sólo estuvo en silencio y se tragó sus palabras.

Estuvieron conversado apenas unos minutos, aunque más bien, sólo kaede y Shuichi estaban interactuando en esa conversación mientras kokichi miraba sin prestar atención, cuando llegó el último miembro del grupo. Se presentó como Rantaro Amami, un chico alto de pelo verdoso y varios anillos en sus dedos.

Empezaron a caminar por la ciudad, sin rumbo, sólo dando una vuelta mientras conversaban. En un punto, kaede consiguió llamar de nuevo la atención de Shuichi para que ambos volvieran a tener una conversación entre ellos.

Kokichi les miró desanimado, pero Rantaro pareció haber desarrollado una curiosidad hacia Kokichi, por lo que empezaron una agradable conversación.

Rantaro preguntaba por los intereses y gustos del más bajo, el que se empezó a sentir cada vez más cómodo con él.

Fue una tarde provechosa para kokichi, el cual consiguió hacer un amigo a parte de Shuichi, uno con el que congeniaba muy bien. Estuvieron juntos toda la tarde, y hasta se ofreció a acompañar a Kokichi a su casa.

Sin embargo Shuichi se sentía raro, quizá hasta incómodo al ver lo cercanos que eran kokichi y Rantaro. Sí, quería que fueran amigos, pero sentía cómo si Rantaro intentara hacer un movimiento en el pelimorado.
Y aunque intentara convencerse de que simplemente estaba poniendo interés en su nueva amiga, le seguía pareciendo raro.

Al verles tan juntos sentía una presión en el pecho, una sensación de enfado, no supo describirlo correctamente.
Pero no quiso pensarlo de más.
Cuando todos volvieron a casa, Shuichi simplemente empezó a escuchar música para distraer su mente, tratando de alejar a su sirvienta de su mente. Se le hizo algo complicado.

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957 palabras.

Lo siento, llevo mucho tiempo sin actualizar. Se terminaron las clases por fin, pero no he tenido ganas de escribir recientemente, lo siento :/
Y ahora a de mas me voy a mi pueblo así que,,, quizá hay que esperar de nuevo.

De nuevo, siento las molestias, amor amor! ❤️❤️

Maid Service - SaiomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora