— Es todo por hoy chicos. —dijo, la profesora terminando su clase —. Por favor, no olviden entregar a tiempo sus proyectos. —agregó, saliendo del salón.
— ¡Ugh! Creo que ya quiero renunciar a esta carrera. —musitó Estef, algo agotada.
— Llevas una semana exagerada. —masculló Max.
— Y he tenido suficiente... —replicó ella.
Max solo puso los ojos en blanco mientras yo guardaba mis cosas con una pequeña sonrisa.
Después de la clase, caminamos hacia la misma banca donde habíamos desayunado por primera vez. Se había convertido en nuestro lugar, o algo así.
— ¿Muffins? —les ofrecí.
— Amo a Sami y ni siquiera la conozco. —dijo Estef, tomando uno.
— Sami es una genia. —dijo Max —. No sabía que cocinara tan bien. — murmuró.
— Pueden venir un día a la casa y conocer a Sami. —les sugerí.
— ¿Abra postres? —me enarcó una ceja.
— Demasiados. —murmuré.
Los chicos comenzaron a combinarme de sus desayunos. Era algo que habíamos estado haciendo estos últimos días y aunque, sus desayunos no eran de los más nutritivos. Eran deliciosos.
Al terminar de desayunar, Max tuvo que irse, debido a que su compañero quería avanzar con un proyecto que la profesora nos había asignado esa semana. El pobre, no tenía opción.
— ¡Suerte vaquero! —le dijo Estef con una sonrisa de oreja a oreja, con tal de molestarlo.
— Búrlense. Pero, ya las veré igual. —advirtió.
— Aja...
— ¿Avanzaremos hoy? —pregunté, centrándome en el proyecto.
— Si, espero lo terminemos en estos días.
— Lo tenemos que terminar. Aunque... —me interrumpí a mí misma, al ver que Estef ponía los ojos en blanco.
— ¿Qué haces aquí, tonto? —preguntó mientras se le formaba una mueca de disgusto.
¿Tonto?
¿Acaso Max había regresado?
— Necesito hablar contigo. —escuche una voz decir atrás de mí.
Volteé, volviendo a la realidad. El chico estaba demasiado pegado a mí, tanto que con un giro de cabeza podía hacer que nuestras miradas se encontraran frente a frente.
¡Oh, no!
¿Ese chico, otra vez? ¿Qué hace aquí?
No lo había visto desde el día que fui entregar esos papeles en administración. Pero... ¿Por qué querría hablar con Estef? Venga, quizás era su novio.
Eso sí sería de muy mala suerte, Weasley...
Quieres callarte.
Entrecerré los ojos para intentar concentrarme en lo que estaban diciendo, pero había perdido el hilo de la conversación totalmente.
— Solo irán unos amigos —masculló —. Será una reunión para un trabajo.
— Será una fiesta. —aseguró ella.
— No es una fiesta, Estefany. —recalcó su nombre de más.
— Claro que lo es, y estere ahí. —dijo mientras se le formaba una sonrisa traviesa en el rostro.
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TODO PARA NADA - PARTE 1
RomancePRIMER Y SEGUNDO LIBRO - ( VERSIÓN BORRADOR). Hay miradas que no perduran para siempre. Hay finales que son comienzos y comienzos que...