Capítulo 12

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— ¿Por qué tardan tanto? —espetó Mateo, frente al volante.

— No sé, pero pueden darse prisa. No llegaremos a tiempo —protestó Alex, impaciente.

— Como si hubiera una hora para embriagarse y bailar. —ironizó Lara, viendo su teléfono, tranquilamente.

— Vamos, estamos listas. —chilló Estef, con una sonrisa al subirnos al auto.

Los chicos tenían una cara de fastidio total.

— ¿Por qué tardaron tanto? —preguntó Jojy — Comenzaba a dormirme.

— Que exagerado eres. Solo fueron uno minutos. —le rodó los ojos en blanco.

— No sigas o terminara reclamándote toda la noche. —le advirtió Maxi.

Mientras los chicos seguían discutiendo no pude evitar mirar de reojo a Mateo que estaba frente al volante. Por cierto, se veía demasiado guapo.

— Te vez muy bien, minion. —murmuró, volteando a mí.

Solo le sonreí y él puso el auto en marcha al famoso antro.

Sin darme cuenta me había comenzado a morder el labio inferior de los nervios y apuesto a que estaba roja como tomate. Había estado pensando durante toda la mañana que llevaría y no me decidía, y algo de eso tuvo que ver con que nos tardáramos tanto, pero eso era otra historia. Como sea, al final Estef me ayudo a elegir algo cómodo y lindo para la ocasión. Eso incluía; unos jeans, una top y mis botas negras favoritas.

Solo necesitaba algo cómodo para bailar y no cansarme a la primera canción. Además, eso me hacía ver un poco más alta. Punto a favor para que no me viera tan pequeña en el grupo, como solía verme.

Al llagar, Mateo tuvo que aparcar el auto una esquina antes, porque no encontraba espacio. Eso no pintaba nada bien. Bajamos del auto y todos comenzamos a caminar hacia el famoso lugar. Mateo y yo íbamos al mismo nivel. En ocasiones, sentía que él me miraba de reojo y yo a él.

Justo cuando doblamos la esquina nos llevamos una gran sorpresa. Estaba repleto y había mucha gente empujándose para poder entrar al lugar. Al parecer tocaría un Dj bastante bueno y nadie quería perdérselo.

Yo había dado por hecho que jamás entraríamos y que era mejor buscar otro sitio. Pero, los chicos estaban completamente decididos entrar a toda costa.

— Es ahora o nunca. —musitó Estef, poniéndose en marcha.

Sin importar cuantos gritos o empujones hubieran, ella siguió caminando entre la batalla de gente que había para poder llegar hasta seguridad. Los demás le siguieron la corriente y al parecer Joel y Lara no les importaban mucho aventar a las personas como lo hacían ellos. De hecho, parecían estar divirtiéndose. Max no se veía tan feliz con la situación, pero les siguió la corriente con tal de entrar. Por mi parte, estaba intentando seguirlos, pero eran demasiadas personas y ya los había perdido. Por suerte Mateo se quedó conmigo e iba cubriéndome las espaldas.

Ni con mis poderosas botas lograba ver mucho hacia donde se dirigían los chicos.

Qué decepción Weasley.

Ya me dolían hasta los tímpanos de escuchar gritar a tanta gente. Estábamos casi por llegar. El final era lo más complicado y ahí estaban aventándose como si sus vidas no les importaran. Mi paciencia se había agotado, así que igual comencé a empujarlos.

Estábamos a punto de cruzar seguridad, Mateo me había sujetado la mano fuertemente y también se había adelantado unos pasos de mí para dirigirme y abrir espacio.

TODO PARA NADA - PARTE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora