Capítulo 29

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Bohala chicos! Este es el penúltimo capítulo de la primera parte del libro. Gracias por todo el apoyo y por llegar hasta esta parte de una historia que aún tiene mucho por contar...

Here we go... 

Llamada: Mi McQueen.

— Fue una tortura. —dijo al final.

— Al menos has encontrado a tu viejo amigo...

— Tengo que presentártelo cuando vengas a la carrera. —sonó entusiasmado.

— ¿En serio sigues queriendo que vaya a Sakhir a ver tu carrera?

— Obvio que sí, minion... —replicó —. Viajaremos juntos...

— Para esas fechas aun estaré en clases...

— Podrías pedir permiso.

— Dudo que pueda si estoy en semana de exámenes. Además, mi padre...

— He hablado con Hardin y la abue Rouslie —no me dejo terminar —, e inclusive Sami nos ayudara. No puedes zafarte tan fácil, minion.

— Chico listo, pero falta demasiado para ello...

— Faltan tres meses. —aseguró —. Así que no tendrás pretextos para no ir... —dijo, divertido y yo intenté mostrarme convencida.

— ¿Me dedicaras la carrera?

— ¿Quieres que te la dedique?

— Sino no hay trato... —bromeé.

— Hecho. —soltó muy seguro para mi sorpresa.

— ¿En serio lo harás? —fruncí el ceño, sorprendida.

— Me lo has pedido.

— Sí, pero estaba bromeando, Mateo.

— Pero yo no...

— No tienes que hacerlo.

— Igual pensaba hacerlo. —mencionó —. Es el inicio de la temporada, será una carrera especial. Y no voy a cambiar de opinión.

No pude evitar sonreírle a la tonta pantalla.

— ¿Sabes...? Creo que yo también debería agregar algo... —dijo.

— No tienes derecho. —bromeé.

— Es algo que nos conviene a los dos...

— Aja...

— Igual sé que te encantara.

— Con que no me lleves a una casa de terror, estoy bien. — Soltó una risita.

— Me lo tomare como un si...

Siguió divagando.

— Hoy hable con Olivia... —solté haciendo que se quedara en silencio por unos segundos.

— ¿Olivia? —cambio su tono de voz a uno más serio.

— Vino a cenar a mi casa.

— No te creo.

— ¿Por qué no? —le enarqué una ceja.

— Hace unos días me has dicho que no la soportabas y... ¿ahora la invitas a cenar?

— No quise dejarla sola, después de la pelea que había tenido con sus padres...

— ¿Padres? —sonó, extrañado — Em... —pareció que iba a decirme algo —. Solo mantente alejada de ella, por favor... Al menos hasta que yo regrese —. Su tono de voz había cambiado a uno como molesto.

TODO PARA NADA - PARTE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora