Capítulo 27

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18 de septiembre de 2021.

Las siguientes semanas pasaron volando. El día de la cena había llegado. Después de tanto posponerla por la agenda ocupada de nuestros padres, por fin se llevaría a cabo. Mateo ya había invitado a sus padres y yo a los míos o bueno, al menos mi padre y abue venían, al igual que Sami y Jorge. Pero por alguna extraña razón me sentía sumamente ansiosa y nerviosa que se conocieran de manera oficial, sentía que esto se convertiría en algo más serio, en algo con más compromiso y eso hacía que mi corazón se acelerara descaradamente, pero también me sentía jodidamente emocionada.

Mi padre y abue, fueron puntuales como siempre, o bueno mi padre arrastro a mi abue para que lo fuera, de lo contrario ella no estaría aquí. De alguien tuve que heredar la impuntualidad, ¿no? Por otra parte, los padres de Mateo aún no llegaban, y no pintaba que lo hicieran. Quizás no fue la mejor idea hacerlo en esta casa, más porque sabía el significado que tenía para Grace. En este punto dudaba que siguiera siendo de su agrado.

Mateo trataba de disimularlo, pero sabía que en el fondo él también estaba sumamente nervioso, caminaba por toda la casa como si no pudiera quedarse quieto. Estef y Max lo veían de reojo, divertidos.

— Ahí están... —murmuró Estef, que seguía viendo por el ventanal con vista al jardín.

Los dos intercambiamos una mirada y nos acercamos rápidamente a la entrada para recibirlos. Los demás estaban sumamente entretenidos jugando con la consola de videojuegos de Mateo, que ni siquiera se percataron de su llegada.

— Pensé que no vendrían... —musitó Mateo, dedicándoles una mirada significativa.

— No íbamos a decepcionarlos, cariño —murmuró su madre con una pequeña sonrisa en la cara —. Por cierto, te ves hermosa, Emi... —me guiño un ojo.

Tenía un vestido azul corto, con un pequeño escote en la parte de enfrente. Por cierto, al fin estaba usando los vestidos que llevaban años guardados en mi armario.

— Gracias, Grace. Tú también luces muy linda esta noche. —repliqué, a lo que ella me respondió con una sonrisa entre los labios. Yo iba a ser lo mismo pero antes de que lo hiciera, Olivia apareció detrás de ella.

Fruncí el ceño rápidamente, sin siquiera tratar de disimular lo mal que me había caído su llegada. Me había prometido que ya no le haría caso, pero joder no podía hacerlo aún.

— ¿La invitaste? —le pregunte a Mateo, "disimuladamente".

— No iba hacerle ese desplante a Olivia es como de la familia, Mateo. —escuche decir a Grace.

— Es de la familia. —afirmo su padre, que no había dicho la gran cosa en todo este rato.

Él solo se limitó a contestar y negó con la cabeza mientras apretaba con mayor fuerza mi mano. Sus hombros se habían tensado, al igual que los míos. Quizás él también temía que esto no saliera tan bien como lo habíamos planeado.

— ¡Hola, chicos! —mostró una sonrisa radiante en la cara, al cruzar aquella puerta.

Al escuchar que nos acercábamos de nuevo a la sala, mi padre abrió los ojos como plato y se puso de pie rápidamente, algo apenado. ¿Desde qué horas llevaba jugando con los chicos?

— ¡Por Dios! Discúlpenos... —les dijo al saludarlos. Ellos lo imitaron y Mateo no tardo en presentarlos. Yo también hice lo mismo.

— Él es mi padre, Alex —lo presento.

— Mucho gusto, Alex —le correspondió el saludo —. Yo soy Hardin, el padre de esta preciosura. —me miró de reojo.

— Pa, por favor —. No necesite verme para saber que ya estaba roja como tomate y claro que tampoco podía dejar de jugar con mis dedos. Estaba jodidamente nerviosa.

TODO PARA NADA - PARTE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora