Sigo conduciendo pero tengo el pensamiento de no llamar la atención yendo rápido. Estoy preocupada por Tony, no entiendo cómo nos encontrará.
Isaac ha ido todo este tiempo en silencio, solo me ha pedido que le dé una pastilla para apaciguar el dolor, lo agradezco porque ahora no tengo ganas de abrir mi boca.
Entro a una estación de gasolina y aparco el auto.
Isaac mira en mi dirección y yo solo pronuncio rápidamente-tengo que respirar un momento- mientras salgo del auto.
Él sale despacio del auto y me alcanza -todo esto es mi culpa, no debí acercarme hacia ustedes, est...-le interrumpo caminando hacia él y poniendo un dedo en sus labios.
-¿Para que hayas muerto desangrado en la carretera?-le susurro enojada y mirando a sus ojos.
Ya no me intimida su mirada, al contrario, yo ahora lo intimido porque veo como sus mejillas empiezan a tomar ese color rosa que recordaba.De pronto sonríe y alcanza a morder uno de mis dedos antes de soltarlo.
Lo miro un poco incrédula y él ríe un poco intentando no hacer una mueca por su herida. Tal vez el relajante que le di está empezando a hacer efecto.
-¿Qué te sucede Isaac?-le digo aún incrédula. Esto se está volviendo muy incómodo.
-No entiendo tu preocupación por mi Ely-dice tratando de recuperar el aliento después de haber reído.
-Decidí perdonarte por todo- es la primera vez que digo esa promesa en voz alta así que le doy la espalda y digo- voy a comprar una botella de agua.
Sigo caminando hacia el local de 7-Eleven cuando siento una mano en mi hombro.
Me pongo rígida al instante y siento un aliento en el oído antes de escuchar la voz de Isaac.
El efecto es inmediato, la rigidez se va pero viene esa sensación de debilidad por haber dicho un pensamiento que creías solo tuyo en voz alta.
-Si me perdonaste, ¿por qué huyes de mí? -su pregunta me tuvo desprevenida.
¿Por qué huyo de él?
Me doy la vuelta, Isaac me mira con sus ojos azul oscuro. Recuerdo cuando esos ojos me traían paz.-No estoy huyendo de ti-le digo viéndome reflejada en sus ojos.
Él se acerca y yo me tenso poco a poco. Mira mis ojos, mi cara, mis labios y me jala, abrazándome como nunca. Apretándome contra él.
Susurra en mi oído.
-No te he olvidado, no te he olvidado- y yo le devuelvo muy despacio el abrazo, tratando de no tocar su herida.
Alza mi cara un poco y yo estoy atrapada en esta red.
Aprieta mis labios contra los suyos en un beso silencioso y mente es una enredadera sin fin.
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Quédate, por favor...
ActionDespués de su amenaza ella no pudo hacer nada más que escapar, temía por su vida y no era para menos, nadie la recordaría si pasaba algo, ella tenía que cuidarse por sí misma. Elizabeth aún está escapando... ¿De quién? De alguien que quiere verl...