Intercambio de novio.〔yoonmin〕

031.

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Los meses pasaron sin que ellos se dieran cuenta, por ello ahora luego de estar seis meses juntos, Yoongi quiso preparar una cena junto a su familia y Jimin para presentarlos. La primera vez que lo mencionó fue solo en broma y ante la respuesta algo dudosa de su novio decidió que tal vez era algo que debía hacer para formalizar más su relación. Sin embargo, volver a hablar con su madre fue difícil, todavía seguía un poco ofendido con ella por no respetar sus ideas acerca del matrimonio (aunque más lo estaba con él mismo al dejarse convencer con sus palabras).

La noche estaba comenzando y Yoongi, con música de fondo, preparaba la cena con ayuda de Jimin. Se encontraban en el nuevo departamento del abogado, entre risas y pequeños juegos.

—Vamos, Yoon, hay que apurarse antes de que lleguen tus padres —. Jimin dijo con entusiasmo sin apartar la mirada de la verdura que se encontraba cortando.

—Tú tranquilo, terminaremos a tiempo.

Con eso dicho, Yoongi dejo un beso en el cuello descubierto de su pareja y siguió acomodando la mesa, llevando los cubiertos que faltaban.

Soltando una risita, Jimin se concentra en su tarea. Se sentía un poco nervioso, pero no por conocer a sus suegros, sino más bien al no saber qué pensaban ellos con respecto a todo el lío que se había formado por las bodas. Temía que no les llegara a agradar por haberle arrebatado el prometido a Kim Taehyung, pues, gracias a una llamada que ellos tuvieron con Yoongi, se enteró de que junto a los padres de Kim, ellos planearon ese matrimonio.

—Jimin-ah, ¿ya dije lo bonito que te ves concentrado? —habló de repente Yoongi a una distancia prudente, en su mirada se podía notar el sincero cariño que sentía hacía su pareja.

—Yah~ —la vergüenza de las palabras ajenas lo hizo murmurar aquello, luego colocó la verdura en la olla y se acercó al otro.— Deja de bromear y termina de ordenar la mesa.

Yoongi solo soltó una risa y plantó un casto beso en la mejilla de su novio y acotó lo dicho. Porque aunque lo quería seguir halagando no podía al saber que pronto llegarían sus padres.

[...]