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Ha pasado una semana de convivencia con el huésped de estadía indefinida y la verdad es que Seonghwa no logró que Hongjoong intercambiara más que un saludo desde aquel día que afirmó no volver a juntarse con "los demonios" de la escuela

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Ha pasado una semana de convivencia con el huésped de estadía indefinida y la verdad es que Seonghwa no logró que Hongjoong intercambiara más que un saludo desde aquel día que afirmó no volver a juntarse con "los demonios" de la escuela.

El ambiente era incómodo entre ellos fuera donde fuera y Wang se percató de que ese niño con pecas y cabello revoltoso le evita.

¿Por qué?

Eso quiere saber.

Él ha sido el único miembro de la familia con el que no ha podido conectar y eso le frustra. Sobre todo porque le interesa conocerlo.

—Seonghwa, ¿podrías ir a la habitación de Hong y decirle que baje almorzar? —le pidió la señora Kim y él amablemente accedió.

Tiene entendido, gracias a sus momentos espías, que la habitación del muchacho se encuentra en el extremo contrario al suyo del pasillo del segundo piso.

Le dió un par de toquecitos a la puerta esperando una respuesta que no llegó ni al primer, ni segundo, ni tercer intento.

Se empezó a frustrar por eso.

Estaba evitando a toda costa entrar a la habitación sin consentimiento, pero ni siquiera llamándole recibió respuesta alguna.

Puso su mano en la perilla de la puerta un momento, con duda, girándola finalmente pasado unos segundos de meditación interna. Abrió lentamente la puerta y como un pendejo quedó al ingresar y ver que la habitación se encuentra vacía.

—Oye —le llamó el dueño de la pieza desde la puerta— ¿Qué haces aquí?

Sabía que no era buena idea —se dijo entre dientes con vergüenza.

—Eeeeh, lo lamento. Es que tu madre me mandó a buscarte para que bajes a almorzar y no respondías. Supuse que te habías dormido —explicó, viendo como Hongjoong cierra la puerta.

Tragó grueso ante la acción del contrario.

¿Por qué siente que de esa no saldrá vivo?

—Seonghwa.

—¿Si? —responde con duda.

—¿Alguna vez te preguntaste por qué eres tan perfecto? No pareces real, y no lo digo por tu físico, si no por tu forma se ser.

—Yo... ¿Gracias?

—No era cumplido —se cruza de brazos.

—Oh, bueno —Hongjoong carcajea por la respuesta.

—¿Cómo va el almuerzo? Mamá siempre manda a decir lo mismo y ni siquiera la estufa ha encendido cuando bajo —suspira pasando de largo a Seonghwa para tirarse en la cama.

¿Qué carajos acaba de pasar? —se dice para sí por lo bajo.

—Si me tienes miedo, o me catalogas como raro, no me sorprendería...

—Ninguna de las dos opciones por ahora —revela.

—Ajá.

—Tu madre ni siquiera ha encendido la estufa —confirma, tratando de mantener viva la conversación—, supongo que necesita una mano.

—Que no le voy a dar hoy porque hay más flojos aquí que pueden hacerlo. Eso no va contigo —aclaró.

—Lo sé —ríe, sentándose lentamente en la cama.

—No te veo, pero sé que te has sentado en mi sagrada urna. Atrevido.

—Lo siento —se levanta de golpe apenado.

Hongjoong se voltea y le mira.

—Estoy bromeando, no te preocupes. Solo procura no volver a entrar a mi habitad sin mi permiso —Seonghwa vuelve a sentarse.

Seamos amigos.

—Nací para estár solo en todos los ámbitos, pero supongo que puedo darte el honor de intentarlo.

—Supongo que es un sí.

—Un tal vez diría yo...

—¿Alguna vez te preguntaste por qué eres tan único? —cuestionó, y Hongjoong, abrazó con fuerza su almohada cabeceando hacia los lados negando con vergüenza.

—¿A qué quieres jugar? —le mira de reojo.

—A conocernos —fue directo al grano recostándose en la cama— Tu... —murmuró viendo inevitablemente el techo.

Como se arrepiente ese momento de no haberle hecho caso a su hermana.

—No es lo que crees, no eres tú. Bueno, en parte sí, pero no —dijo rápidamente intentando dar una explicación—. Es... Es uno de mis personajes y curiosamente se parece a tí —puntualizó, y Wang no dijo nada.

¿Qué podría decir?

—¿Te gusto? —inquirió rompiendo el silencio pasado unos minutos.

—Acabo de decirte la verdad. Es mera casualidad que te parezcas al chico de mis dibujos que hice incluso antes de conocerte.

—¿Lo dices enserio?

—Sí —asegura—. Ahora sí vas a creer que soy un bicho raro —escondió su rostro con las palmas de sus manos.

—Ahora puede que tenga en consideración las dos opciones de hace rato.

—Puedo explicarlo.

—Te escucho —le mira atento—. No voy a juzgarte...

—Yo... La verdad es que estoy enamorado de tí...

 La verdad es que estoy enamorado de tí

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𝓑𝓮𝓪𝓾𝓽𝓲𝓯𝓾𝓵𝓑𝓮𝓵𝓲𝓮𝓿𝓮

Mi Querido CaballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora