Soy el esposo de Lan Zhan

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Lan Qiren, estaba disgustado. La boda de su querido sobrino, Lan Wangji, se suponía que sería el día más feliz de todo Gusu y, sobre todo, para su viejo corazón. Después de la muerte del primer hijo de su hermano, no sabía cómo volver a visitar la tumba de este; por eso, la celebración de la magnífica unión, iba a ser un regalo de disculpa. Pero ahora, viendo la suave sonrisa de su sobrino, mientras sujetaba con cuidado la pata peluda de su ahora esposo, sentía que había empeorado más la relación con su difunto hermano.

"¡Dioses! ¡¿cómo puedo mostrar esto a mi hermano?!" Se cuestionó mientras observaba con desagrado al pequeño animal peludo que movía emocionado sus cuatro colas esponjosas de un lado a otro.

Pues, Lan Zhan, no se caso con el dragón alfa que había sido su prometido desde la niñez. Ahora en vez de enrollar su escamosa y gigante cola con otro de su misma especie, mostraba con adoración a un pequeño zorro negro de cuatro colas; un tipo de animal raro y en extinción, siendo justamente ese zorro el último. 

Lan Qiren, no sabía que era peor: La boda entre diferentes especies y el gran peligro que conlleva o que ese zorro era El Patriarca de Yiling, Wei Wuxian, un asesino sádico que llevó a la extinción de toda su especie, también poniendo en peligro a los demás seres magicos en la tierra y, para rematar la situación, era el reo que su sobrino custodiaba.

Sigue sin comprender cómo acabaron en esta situación.

El pequeño peludo se aclaró la garganta, parecía estar preparándose para hablarle al viejo dragón que lo miraba con desagrado. Lan Qiren, se negó a escuchar cualquier palabra de ese hocico mentiroso, así que elevó el vuelo y se retiró del ahora nuevo hogar de los recién casados, no sin antes soltar unas frías palabras.—Cuando termines de jugar al matrimonio disfuncional, ven a verme. Necesito hablar en privado contigo, Wangji.—

Lan Zhan gruñó en bajo pero parecía triste y algo preocupado.

–Creo que le caí bien–Comentó el pequeño marido. Un comentario tonto para alguien tan perspicaz como Wei Wuxian, pero al notar la tristeza de su esposo, ser un poco idiota en situaciones tan serias podía ayudar; aunque también estaba muy preocupado.

El gran omega rio suavemente–Claro que sí. Eres un gran alfa y el perfecto esposo que puedo tener.– acercó su enorme hocico escamoso al pequeño zorro. Wei Wuxian, ni corto, ni perezoso, unió su hocico a la calidez escamosa de su marido.

Y aunque la diferencia de tamaño era muy MUY distinta, el amor entre ellos era más grande que todo el rechazo del mundo.

Un zorro enamorado puede más que un dragón|°•!FINALIZADO!•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora