Un zorro enamorado puede más que un dragón|°•!FINALIZADO!•°

Él es mí esposo

Lan Qiren levantó una de sus poderosas garras delanteras dispuesto a dejar caer todo su enojo sobre la brillante piel del desobediente dragón que durante tantos años había criado como un hijo. Lan Zhan, no se movió para nada. Ni siquiera se inmuto cuando lo primero que recibió al llegar a los aposentos de su tío fueron gritos y maldiciones; la única vez que levantó la mirada fue cuando apareció en la conversación su anterior compromiso con Su She,  mostrando el claro asco que sentía hacia ese alfa.

Aunque el garrazo parecía cercano nunca llegó a tocar una sola escama celeste del joven dragón.

–Te enviamos... ¡YO te envié!, ¡a mi discipulo mas confiable!, el más apegado a las reglas... supuestamente.– Lan Zhan, podía notar la clara decepción en el tono de voz de su tío–  Le aseguré a todas las sectas que atrapar y traer a un zorro desquiciado no sería problema para ti... – Hubo unos pequeños segundos de silencio que solo empeoraron la situación– ¿Por qué... ?—La intensidad en el tono de voz había bajado, volviéndolo más peligroso.

Durante todo el transcurso de comentarios sin sentido, Lan Zhan, mantenía una posición neutra pero al responder esa pregunta su rostro se iluminó: –Me enamoré.

Se enamoró.

Una confesión que viajó alegre por el frío viento hasta los escamosos y necios oídos del viejo dragón. 

Tan solo dos pequeñas palabras fueron suficientes para hacer enfurecer a Qiren.— ¿te enamoraste de un genocida?, Con razón lo defendiste tanto el día de su juicio... 

El joven dragón negó con la cabeza– No, yo estoy enamorado de Wei Wuxian. Un pequeño, tierno y amoroso zorro, quien fue culpado injustamente.—levantó la cabeza y avanzó unos pasos—Puede que haya desobedecido unas cuantas reglas, pero nunca he mentido. Mi esposo ganó su libertad contando los hechos que en verdad pasaron... – Por primera vez en bastante tiempo alguien tuvo la osadía de mirar directamente a los ojos al líder de secta– Sé lo que estabas planeando, tío. Tu esposo no es tan malvado como tú, y comprende mi rechazo hacia ese asqueroso, Su She. Ahora estoy casado con Wei Ying, y tú nunca podrás separarnos... no me harás lo mismo que le hiciste a mi hermano mayor. 

Qiren gruñó al recordar lo alcahuete que es su marido—Jingyi... 

Lan Zhan ya no era más el pequeño dragón que fácilmente se dejaba dominar y usar al beneficio de su tío. Siempre un dragón perfecto, "el orgullo de Gusu"; lo que ningún dragón sospechaba era que, su vida estaba tan vacía y miserable como la de un ser humano. Nunca se interesó por alguien o algo, en realidad, seguía las reglas porque estaba acostumbrado; no sentía algún tipo de pasión. Una rutina muy deprimente y constante que seguramente hubiera seguido hasta acabar marcado por ese alfa imbécil. Claro que, es un Omega fuerte, su tío siempre decía que los omegas podían ser superiores a los alfas; pero él era el primero en controlar hasta la manera en como debía respirar.

Reprimiéndo y encerrando por completo todo su ser, metiéndole en el frasco de un matrimonio forzado. 

Wei Ying fue y es lo mejor que le pudo haber pasado. Los dos juntos se ayudaron mutuamente sin siquiera saberlo. Las cadenas que lo mantenían prisionero, nunca volverían a asfixiarlo. Romper las reglas era tan liberador.—Ahora, con tu permiso, iré a descansar a lado de mi esposo, Wei Ying. —no tenía nada más de que hablar. 

El viejo Dragón no miró a su sobrino, solo fijó la mirada en algún punto vacío del nido— Nunca quise lastimar a Xichen... todo lo hice por su bienestar. De lo único que me siento culpable es haber permitido y bendecido la unión con ese tigre... 

El joven dragón suspiró cansado. Incluso si le explicara, si le contara a detalle la verdadera razón por la cual su hermano murió, jamás entendería. No gastaría su tiempo. Tiempo que podría usar pasando la noche con su esposo.—Me retiro, tío. —hizo una reverencia y, de un pequeño golpe en el piso, levantó vuelo hacia su nido. 

Qiren miró la delgada figura de su preciado sobrino desaparecer por el oscuro cielo.—No me importa si me odias... no permitiré que tú también mueras por culpa del amor.