IV. Prioridades (Dean)

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—Ya está...Y como dije, el maldito hijo de perra no vendrá...

No sé qué me sorprendió más: el repentino vocabulario sucio de mi hermano o el ver a Castiel tras de él, mirándome a mí .

—Está detrás de mí, ¿verdad?

—Hola —dijo el ángel.

—¿Es así? ¡Te llamé varias veces y no viniste, pero Dean te llama una sola vez y te apareces!

Bueno, Sammy, creo que ya entendiste las prioridades.

—Es porque Dean y yo compartimos un lazo muy profundo. No iba a decirlo.

De acuerdo, no me esperaba esa explicación, pero que bien se siente ver la cara descuadrada de Sammy.

Con el tiempo me costaría entender que una desgracia de persona como yo era lo más preciado para ese pequeño ángel del Señor.

Sus circunstanciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora