Capítulo 49

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—¡Mar!, ¡hija! —Escucho que gritan a lo lejos, pero mi cuerpo aún se siente pesado.

—Mar, hija... despierta —ahora alguien me da unas palmadas en el hombro.

Veo borrosa la imagen de mi mamá.

—¿Qué pasa? —, avanzo a decir adormilada.

—Hija, recuerda que hoy quedamos en ir a visitar a la hermanita de Liam, así que apresúrate el desayuno ya está servido.

Logro recuperar la conciencia de un brinco. —¿Qué hora es?

—Las nueve, alístate pronto que desayunamos y nos vamos.

Nunca me había arreglado tan rápido, logro darme un baño y cambiarme en 20 minutos. Justo uno de los días más importantes mi alarma no sonó, se suponía que me iba a levantar una hora antes para escoger la ropa que usaría y mi peinado. Pero no salió como lo planee. Pero quedo contenta con el resultado final. Después de todo la mayor parte de mi ropa es muy cómoda. En pocas ocasiones suelo vestir falda, pero debido a que vamos en el carro de mi mamá es más seguro, ya que me libro de las miradas de ciertos pervertidos en el autobús, además si te colocas pantys es mucho mejor, eso acompañado de botas y un jersey básico negro de cuello alto obtengo un outfit casual perfecto.

—Hija, estas guapísima... empiezo a dudar que no hay nada con Liam, sino no tratarías de impresionarlo con ese atuendo —, lo dice con los ojos entrecerrados mostrando desconfianza.

—Basta mamá, solo escogí algo cómodo y ya.

—Está bien... —alza sus brazos en señal de paz a las repetitivas pláticas —, mientras terminas de comer, voy a alistar todo en el auto, no te tardes.

—Si... lo intentaré.

Gracias a Liam disfruto de un largo viaje hacia las afueras de la ciudad. El clima es fantástico, los rayos del sol son tenues y en el cielo hay varias nubes esponjosas.

—¿Cómo están?, fue agradable el viaje hasta aquí —, el primo de Liam nos recibe con una cálida sonrisa.

—Muy bien gracias, fue bastante agradable aparte que el clima es favorecedor —, responde mi mamá y yo solo asiento la cabeza al estar de acuerdo con sus palabras.

—Pero por favor sigan, están en su casa, bienvenidas —, su cordialidad es inigualable.

Es la segunda ocasión que ingreso a la casa de Liam y se ve tan acogedora como la última vez.

—Hola... Mar —, por unos segundos su mirada me invade y luego su sonrisa me hace hacer lo mismo.

—Hola Liam —, se ve apuesto sin importar lo que use, ya sea el uniforme del instituto o lo que lleva puesto ahora. De hecho, la camisa de leñador encima de su camiseta blanca, jeans negros y zapatillas blancas le quedan perfecto.

—¿Cómo está señora Alice y tú Leah? —, se acerca a mi mamá para saludarla mientras acaricia la cabeza de mi hermana.

—Estamos de maravilla, ¿cierto mi amor? —, al regresar a ver a mi hermanita, ella se encontraba algo distante al ver a Liam por lo que oculta su cabeza en el pecho de mi madre —pero mira a Liam, te está saludando —, solo logra agitar su mano para saludar y no logra verlo fijamente —. No puedo hacer nada con esta niña, discúlpala por favor.

—No hay problema entiendo perfectamente a los niños además me alegra que estén aquí.

Seguramente Leah está cansada después del viaje, es común que su humor se ponga un tanto irritable, pero después de una corta siesta volverá a ser como antes.

Tú, mi ansiedad©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora