Al entrar voy a mi habitación para dejar mi maleta y cambiarme el uniforme, me sentía tranquila sin alguna señal de que puedan aparecer mis síntomas de ansiedad.
Al estar lista salgo y voy a la habitación de Leah para llevarla para almorzar.
—¡Mar, Mar! —corre mi pequeña hermana hacia mi apenas cruzo el umbral. La tomo entre mis brazos y la abrazo fuertemente.
—¿Cómo estas, pequeña? Sabes que hoy tenemos visitas, ¿si te vas a portar bien? —digo con una enorme sonrisa mientras observo sus ojos color avellana.
—¡Vino Alex! —exclama emocionada.
—No, hoy es alguien diferente, pero te vas a llevar bien con él, ¿está bien? —intento persuadirla.
—Está bien.
Al llegar a la sala escucho como mi mamá le ha estado haciendo la plática a Liam, seguro debe sentirse incómodo, mi mamá siempre ha sido así de curiosa y espontánea con todo el mundo, era de esperarse.
—Lo lamento tarde demasiado —digo. El me voltea a mirar y cuando me decido a caminar me doy cuenta que Leah se ha quedado atrás, al momento de regresar a verla me encuentro con una sorpresa.
Mi pequeña hermana se quedó estática con su boca entreabierta con su vista fija en Liam, a lo que yo suelto una prudente risa.
—Ella es mi hermana, un tanto ausente Leah —intento ser graciosa y consigo sacarle una sonrisa.
—Es linda —comenta con un gesto adorable.
—Leah, vamos acércate para saludarlo —me acerco a Liam junto a ella, sin embargo, su vista esta aun hipnótica, pero logra mencionar unas palabras.
—Eres muy bonito —musita inocentemente, lo que hace a Liam sonrojarse un poco y a mí también.
—Tú también eres una señorita muy bonita —y con estas palabras se ha ganado a mi pequeña hermana, al fin mi mamá nos llama para pasar a la mesa.
Sabía que en el momento en que tomemos asiento, mi nada prudente madre continuaría con sus preguntas; y así fue.
—Así que has estado en tres diferentes institutos —comenta dirigiéndose a nuestro invitado.
—Si, por el trabajo de mi primo es que nos ha tocado transferirnos en varias ocasiones —un momento dijo el trabajo de su primo, pero eso que tiene que ver, no lo entiendo y es porque me he perdido la primera plática; por supuesto que no me atrevo a preguntar.
—Vaya, por suerte yo tengo un trabajo fijo de maestra y mis hijas no les ha tocado pasar por eso, lo ven niñas son afortunadas —sin entender aun, agito mi cabeza indicando que comprendo la situación.
Me hubiera gustado que ese haya sido el fin de la plática, pero no, el siguiente tema en conversación fue sobre mí, sobre mi aburrida y monótona vida, mi mamá como siempre le gusta hablar sobre mi afán de pasar encerrada en mi habitación y le gusta recalcar que muchas jovencitas a mi edad salen con sus amigas, tienen novio y con eso me hace sentir avergonzada frente a Liam por lo que empiezo a apresurar mi digestión para salir de ahí.
—Gracias mami —digo entre dientes —estuvo delicioso, vamos Liam —finjo una sonrisa por lo bien que la he pasado durante el almuerzo.
—Claro, muchas gracias señora Alice estuvo delicioso —se toma su tiempo para seguirme.
—Me alegra que te haya gustado, bien hagan un buen trabajo —aconseja y pasamos a mi habitación, hubiera preferido hacer el trabajo en la sala de estudio, pero Leah ha dejado todos sus juguetes tirados por todas partes así que no me quedo de otra.
—Así que, así luce la habitación de una chica —comenta mientras observa cada lugar de mi alcoba.
—Supongo que así son usualmente —contesto y me dispongo a encender mi portátil para iniciar con la investigación, acerco una silla más a mi escritorio para que se siente Liam.
—Debe gustarte mucho leer —se detiene a observar mi estantería de libros que he leído hasta ahora, la mayoría son novelas juveniles, hay una que otra de reflexión y superación y otras de fantasía, son mis géneros favoritos.
Evito responderle para comenzar con el trabajo.
—Bueno, primero debemos investigar sobre los amores líquidos —sugiero mientras cliqueo en el buscador e introduzco ese título, al escucharme se decide en prestarle atención al trabajo y toma asiento junto a mí.
—Es extraño jamás había oído hablar de que existieran amores líquidos.
—Si tienes razón es algo nuevo —y por eso es que me gusta la filosofía.
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Tú, mi ansiedad©
Teen FictionSiempre me he preguntado cómo sería vivir como cualquier otra persona normal, vivir tranquila sin alguna inseguridad sin ese temor a ser juzgada, vivir libre de lo que puedan o no pensar los demás de ti, quisiera poder estar rodeada de una multitud...