—Así que te llamas Marena –menciona inclinando su cabeza para mirarme firme.
—¿Ah? —lo miro sorprendido ante su extraño comentario, pero respondo —sí.
—Es la combinación perfecta entre mar y arena —asiento, nadie antes había sentido curiosidad por mi nombre —, mi lugar favorito en el mundo —agrega con una enorme sonrisa y con esto la alteración emocional viene a mí, me siento avergonzada y quiero salir de ahí lo más pronto posible así que me levanto a prisa.
—Ya regreso —digo sin regresar a verlo. Pido permiso para ir al baño y salgo rápidamente del salón, bajo las escaleras llego al baño del primer piso y primero observo que no haya nadie, al estar vacío entro y me quedo parada frente al espejo alzo a mirar mi rostro:
Mis mejillas están cubiertas por un color rosáceo leve siento algo de ardor, esto es incontrolable, mis ojos color verde lucen algo perdidos y desesperados, mi cabello lacio obscuro esta algo despeinado así que me lo arreglo, el sudor en mis manos es inevitables, siento calor, siento que me sofoco así que cubro mi rostro con abundante agua y retorno a mi estado normal, antes de salir tomo grandes bocanadas de aire y estoy lista.
Cuando atravieso el umbral del aula observo que Liam tiene entre sus manos el libro que estaba leyendo en la mañana, me dirijo hacia mi asiento lentamente sin sentir intriga por qué había tomado mi libro, pero antes de decirle algo sonó el timbre indicando la hora del receso; enseguida se escucha como todos empiezan a hablar el alza su mirada y se sorprende un poco y yo me quedo estática sin nada que decir.
—Eres una chica a la que le gusta leer —dice inesperadamente con su vista llena de admiración y extrañeza.
—Si —respondo.
—Interesante —cierra el libro y se pone de pie —, nos vemos Marena —sin más se aleja hasta salir del salón.
Enseguida pude reconocer que él puede ser un peligro para mí, para mi condición emocional creo adivinar que es de esas personas que se te acercan y en segundos quieren saber todo de ti; alguien entrometido, el tipo de persona que me altera demasiado así que intento alejarlas desde un principio; pero solo será hasta presentar nuestro trabajo.
—Dime, ¿cómo te fue con el chico nuevo, chica lista? —Alexa interrumpe mis pensamientos —, cuando los mire de reojo note que ambos sonreían —muestra una mirada pícara, tratando de intimidarme, pero mi respuesta es una ligera carcajeada ante su comentario sin sentido.
—Por favor, solo hablamos del trabajo —informo con total seriedad.
—Ay amiga tengo que admitir que tienes suerte, es un chico muy apuesto creo que de ahora en adelante me esforzare por sacar mejores calificaciones.
—Eso quiero verlo —digo mientras retengo mi risa.
Alexa es una chica muy inteligente, cuando quiera podría ser incluso mejor que yo, pero tiene una debilidad y es su vida social muy activa.
Continuaron las siguientes ultimas clases con nuevos maestros, terminada la jornada me había dado cuenta que no tenía tarea excepto por filosofía así que esta tarde pasaría libre, aprovecharía esto talvez para jugar con Leah y Destiny, talvez podría ver películas o simplemente continuar con mi libro Los ojos de mi princesa; sí definitivamente estos son mis planes.
Habíamos llegado con Alexa a la puerta principal del instituto y me decidía a despedirme.
––Mar... —Alexa susurra cabizbaja y hace que me preocupe.
—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —inquiero angustiada.
—Es solo que... —toma su tiempo para poner más drama al asunto —¡quiero comer helado! —exclama mostrándome una mueca inocente y desesperada.
Simplemente resoplo, miro al cielo decepcionada y respondo con el mismo tono de voz:
—¡Me asustaste!, estas completamente loca —suelto una risa de calma.
—Vamos Mar —insiste jaloneándome del brazo —, a ti te gusta mucho el helado.
Si, tiene razón es mi mayor adicción, aunque me agrada más comer helado en los días fríos suena loco ¿no?, pero la verdad es que sabe mejor porque cuando algo te gusta de verdad, aunque se te presente el mayor de los obstáculos y te impida hacerlo creo que es la mayor prueba para demostrar cuanto amas eso.
—Sí, pero no. Ya tenía planes —excusas y más excusas.
—Eso no es cierto, ni siquiera tenemos tareas pendientes así que vamos, esta vez no te dejare ir —se aferra fuertemente de mi brazo y me lleva, ahora solo esperaba que no haya demasiada gente en la heladería.
Al llegar afortunadamente había como cinco personas una pareja que estaba ordenando sus helados y una familia de tres que disfrutaban de una amena charla en una de las mesas, cuando llegó nuestro turno de ordenar Alex como siempre quiso su enorme banana Split con mucha crema batida y chocolate y yo mi milk shake de chocolate es mi favorito.
Fue la primera vez que, voy a comer un helado con mi mejor amiga en un lugar con personas extrañas, gracias a que ella fue insistente y me ayudo a arriesgarme de cierta manera me siento segura porque ella es alguien a quien conozco y está conmigo.
ESTÁS LEYENDO
Tú, mi ansiedad©
Teen FictionSiempre me he preguntado cómo sería vivir como cualquier otra persona normal, vivir tranquila sin alguna inseguridad sin ese temor a ser juzgada, vivir libre de lo que puedan o no pensar los demás de ti, quisiera poder estar rodeada de una multitud...