Extra 2: "Papá déjame enviarlo al Tártaro, solo un rato por favor"

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(Este extra ocurriría varios años en el futuro)

Un joven de cabellos dorados y ojos oscuros se encontraba a solas entrenando con el arco en el bosque. O al menos, eso era lo que parecía a simple vista. La mente de aquel apuesto joven era una batalla infernal, pues Michael estaba luchando contra sus instintos sanguinarios para no atravesar con una flecha a cierto metomentodo descendiente de Poseidón. Por un lado, la voz de su padre sonaba en su cabeza diciéndole que por favor no hiriese a nadie pues le daría más trabajo a él en la enfermería. Por el contrario, la voz de su otro progenitor le decía que hiciese todo lo contrario. Y ahí estaba él, intentando darle a la diana con las flechas mientras se planteaba seriamente si darle al chico de Poseidón con ellas. Finalmente, conteniendo las ganas de dispararle, dando enfadados pasos va junto al chico, quien según él, estaba escondido tras unos arbustos "admirando el paisaje".

- Jason Jackson tienes 3 segundos para largarte de mi vista a menos que quieras ir a visitar a mi padre- amenazó el rubio al moreno apuntándole con una flecha

- Guo guo guo! Relax Michael, quita ese ceño fruncido y aleja esa flecha de mi, si sigues tan enfadado van a salirte arrugas- bromea el chico intentando no salir herido por el rubio

- 5,4,3,2

- Alto el fuego! Cuentas demasiado rápido Mikes! Ten un poco de piedad por tu amigo, no?

- ¡¿Amigo?! Qué valor Jackson, todavía te crees mi amigo después de humillarme en el comedor y delante de mi familia?! -más decisivo que nunca Michael se prepara para soltar la flecha

- Ya perdí la cuenta de cuantas veces te dije que lo sentía pero no quieres perdonarme, al menos perdóname la vida, no quiero que mi suegro me vea atravesado por una flecha...a menos que fuera una flecha de amor, entonces obviamente cambiaría el asunto y...

- ¡Silencio Jackson! Agotas la poca paciencia que tengo

- ¡Esta bien, esta bien! Lo siento...debí haber pensado en cómo te sentirías, mea culpa Michael, pero no dije ninguna mentira

Michael, al ser de tez pálida, se empezó a poner rojo como un tomate y parecía que realmente iba a dispararle a Jason

- Tú...no te imaginas que tentador sería enviarte al Tártaro ahora mismo, si mi padre no me lo tuviera prohibido

- Okay, cuando te lo desprohiban te doy permiso para mandarme a donde tú quieras, pero eso no va a cambiar lo que dije Michael, ni tampoco cambiará que sea verdad

- Dioses, ¡cada vez que abres la boca solo dices estupideces Jackson!

- ¡No son estupideces! Por Poseidón, ¿qué debo hacer para que te entre en esa linda cabezota tuya? ¡ME GUSTAS MICHAEL SOLACE DI ANGELO!

Michael suelta la flecha y gracias a su terrible puntería, heredada de Will, no dejó a Percy y a Annabeth sin un hijo. Las manos del rubio temblaban un poco

- ¡¿Eres imbécil o que te pasa?!

- ¡Lo que pasa es que me gustas!

- ¡Ahhhhhh deja de decir estupideces Jackson!

- ¡Me gustaaaaaaas! ¡Me poneeeeeesss mogollóoooooon! -se pone a gritar Jason

- ¡Cállate! ¡Un idiota sin cerebro como tu jamás será mi tipo!

Antes de darle tiempo al descendiente de Poseidón a decir algo más, Michael aprovecha que la nube que tapaba el sol ya se había ido y utiliza esa luz para hacer un "viaje solar", como él lo había llamado. El chico aparece a las afueras de la cabaña 13, donde su padre, Nico, se encontraba en el porche limpiando un poco. El hijo de Hades al notar alterado a su hijo sabe que algo ha pasado.

Let's be a familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora