Seis

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—Dio a luz.

Minho no reacciona inmediatamente. Mira a Jisung con una ceja arqueada, está redactando un informe para la central sobre un robo y no sabe de qué habla el forense.

—¿Quién?

Jisung pone los ojos en blanco.

—Yang Jeongin —responde bufando—. Del caso Hwang. Pelo negro, corto, veintiún años, dependiente de supermercado, presunta pareja de Hwang...

Minho asiente, cortándole.

—Ya sé quién es Yang Jeongin —firma el acta y cierra el boli golpeándolo contra la superficie de la mesa—. ¿Cómo te has enterado?

—Tengo un amigo que trabaja en el hospital y que lo había pasado mal atendiendo un parto —responde Han—. Me dijo que dos chicos habían llevado a su amigo que había roto aguas. Dijo que fue largo y muy difícil, que estaba especialmente dolorido y que llamaba constantemente a un tal Hyunjin. Me llamó la atención, así que lo investigué. Yang Jeongin dio a luz el martes.

Minho asiente pensativo.

—¿Sigue en el hospital?

—Le dieron el alta ayer.

El policía asiente de nuevo, meditando sus opciones.

—No sabemos si Hwang está al corriente, ni siquiera si le interesa —dice—. Pero es muy probable que se deje ver, aunque sea lo más mínimo, si quiere conocer a su hijo.

—hija, en realidad —apunta Jisung—. Aunque no creo que debamos acercarnos ahora a él, y menos si el parto está tan reciente.

Minho frunce el ceño.

—¿Entonces qué sugieres? ¿Que hagamos caso a Changbin y hablemos cuando su hija empiece la universidad?

—nunca he dicho que no acercarnos signifique olvidarnos de él —Replica Jisung—. Sólo tenemos que vigilar de lejos, y si aparece Hwang, lo tendremos resuelto.

Minho lo mira a los ojos.

—Cada vez me caes mejor, Han.
                                   •
Seungmin mira a la pequeña bebé que Jeongin acaba de acostar en la cuna. Sus ojitos, ahora cerrados, son iguales a los de Jeongin, mientras que sus pequeños labios son los de Hyunjin. Aparta la mirada para observar a su amigo, que a su vez contempla a su hija dormida con amor infinito reflejado en sus ojos ojerosos y cansados. Seungmin recuerda cómo lloró el día que supo que estaba embarazado, cuánto sufrió durante toda la gestación y sobre todo en el parto, joder, llegó a pensar que dar a luz a esa niña sería lo último que haría Jeongin y sintió auténtico pánico. Le aliviaba que ahora su amigo estuviera feliz, que hubiera olvidado todo el tormento que había padecido los nueve meses de estado en el mismo instante que cargó a Sohee entre sus brazos por primera vez.

Jeongin se sienta en la cama, al lado de la cuna, suspirando con notable satisfacción al poder descansar un poco. Seungmin ha venido para ayudarlo y que duerma, estos días han tenido que ser horribles para él al estar solo y a cargo de la pequeña, aparte de Seungmin no hay mucha gente que pueda ayudarlo.

Los padres de Jeongin probablemente ni saben que estaba esperando un bebé y el menor no tiene hermanos, tampoco se habla con nadie de la universidad porque todos los dejaron de lado cuando empezó a salir con su pareja. Chris tenía mucho trabajo y Hyunjin...Seungmin no iba a mentir, también estaba ahí para hablar de él.

Era cierto que desde que nació la niña había estado mucho más atento a su hija y a Jeongin, llegaba más pronto a casa y cuando estaban juntos el mayor se aseguraba de que a Jeongin no le faltara nada, pero Seungmin también sabe que Hyunjin nunca será el chico que Jeongin necesita, por más que este último lo desee, y por eso tiene miedo de que Jeongin sufra más cuando todo vuelva a ser como antes del nacimiento de Sohee.

Honest [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora