Final

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Hyunjin abre la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido. Ya es medianoche, el turno en la cafetería se hizo mucho más largo de lo que pensó y el tren de vuelta que lo llevaría a su hogar se retrasó, pero sigue siendo mejor que el 'trabajo' que tenía en la calle. Se quita los zapatos, cuelga el abrigo y se dirige a la habitación de Sohee abriendo la puerta con delicadeza.

Sonríe de ternura, los ojitos de su niña están cerrados, su boquita entreabierta y entre los brazos achucha el osito de peluche que Hyunjin le regaló por su cuarto cumpleaños. Otro de sus muñecos está en el suelo, aunque su hija no vaya a notar la ausencia de su juguete Hyunjin se acerca y lo devuelve a la cama con sigilo. Después de haberse asegurado que ella está bien sale con la misma discreción y se dirige a su dormitorio intentando hacer el menor ruido posible.

Pero para su sorpresa, los ojos somnolientos y brillantes de Jeongin están abiertos y clavados en él. Cuando sus miradas se encuentran, los labios de Jeongin dibujan una sonrisa y el corazón de Hyunjin da un vuelco, palpitando muy rápido. Devuelve el gesto y se agacha a su altura, sus rostros están tan cerca que casi puede sentir la respiración de su prometido.

—Perdóname, cielo —dice, uniendo sus labios brevemente—. No quise despertarte, vuelve a dormir.

—Está bien, Hyune —responde—. De todas formas no dormía bien sin ti.

Se le colorean las mejillas, y Jeongin ríe. Aprovechando esto, Hyunjin se lanza sobre la cama, tumbándose boca arriba sobre su novio, que se queja por su peso.

—No sabes cuántas ganas tenía de hacer esto —comenta dramáticamente—. No he podido casi ni sentarme en todo el día, ¿te haces idea?

—Quita de encima —replica Jeongin revolviéndose, y él sólo se deja caer más, hundiendo el rostro en la almohada—. ¡Hyunjin!

Hwang libera una carcajada contra el colchón y su novio le chista, regañándolo porque va a despertar a Sohee. Él sólo se incorpora un poco, quedando cara a cara.

—Te he echado de menos.

Yang pone los ojos en blanco, aunque esté reteniendo las ganas de sonreír.

—Nos vimos en la mañana...pero yo a ti también, supongo.

—¿Supones? —Repite Hyunjin divertido.

—Sí —responde Jeongin—. Últimamente no traes galletas de chocolate, ya no tengo tantas de ganas de que vuelvas de trabajar.

—Qué interesado —Hyunjin pone un puchero—. Si me da un beso mañana traigo.

Jeongin niega riendo y sus labios se unen en un beso largo.

—Trato hecho.

Jeongin lo besa de nuevo, más profundamente. Se separan buscando aire para volver a besarse. Cada vez buscan más el contacto del otro, Hyunjin sujeta su cintura con firmeza sobre la sábana y Jeongin se incorpora. Ruedan sobre el colchón, ahora es Hyunjin quien siente el peso de Yang. Hwang prueba los labios del chico de nuevo, muerde suavemente el inferior de Jeongin y este se estremece y lo besa con más fogosidad, buscando profundizar la sensación, invitando a Hyunjin a que lo lleve hasta la locura. Este se separa bruscamente, encarando la expresión de molestia de Jeongin.

—¿Prefieres que traiga galletas de manteca?

Su novio pone los ojos en blanco.

—Cállate y hazme el amor, Hwang.

No tiene que decir más, Hyunjin sonríe y se apresura a besarlo de nuevo.

Tiene entre sus brazos a la persona que llama hogar, la persona por la que logró cambiar a pesar de que ni siquiera él mismo lo creía posible y la única persona que pone paz en su corazón. Tal vez sienta que extraña su vida de antes a veces, quizás haya momentos en los que piensa que no merece su vida, que él no es así o que tarde o temprano recaerá en quien una vez fue; pero todos esos pensamientos se desvanecen cuando recuerda que Jeongin confía en él, cuando recuerda que hay alguien que lo amará pase lo que pase, cuando ve su reflejo en los ojitos risueños de Sohee y lo único que quiere es hacerla feliz y protegerla de todo.

Honest [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora