Parte I - "Magia en los Suburbios"- El Inicio de los Cinco

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Para:

                                                            Mis padres, Dulcamara R. y Vladimir A


                                                                                       Primera parte:

                                                                           El Inicio de Los Cinco.

I

Hace muchos años que no me sentía tan nerviosa, a mi edad no tengo porque tener este tipo de preocupaciones, es decir, yo Carmen Rodríguez, ya tengo una vida realizada, tengo mi propia casa, muy acogedora y grande, aunque con cinco habitaciones vacías desde que mis tres hijas decidieron irse, o, mejor dicho, tomamos la decisión de que era hora de que se fueran de casa. Si desean visitarme las tengo cerca, vivimos en la misma ciudad, que, aunque parezca pequeña tiene muchas calles, edificios en los cuales cualquier persona se perdería, y rarezas, las cuales nuestra familia conoce muy bien.

No me preocupo por ellas, Marie, la mayor, caucásica, con ojos verdes y cabello castaño, es una ejecutiva en una empresa gubernamental, Constance la del medio, de piel morena oscura, con ojos cafés y cabello castaño es dueña de un tipo de cafetería, donde además de vender pan, las personas pueden leer un libro o distraerse con estos aparatos que apenas puedo manejar llamados "Computadoras" y Rose de cabello rubio con ojos cafés y piel morena clara, la menor, luego de su divorcio con su marido le quedó buena parte de la fortuna de este y digamos que su mayor preocupación son sus hijos. Cada vez que me visitan les ruego que tengan prudencia con mis nietos, porque pasamos muchos años ocultándoles la verdad sobre nuestra familia, que se coordinen entre ellas mismas para que no coincidan las visitas y mis nietos no se conozcan (por su propio bien), no es que no quiera que mi familia este unida es por su propia protección. El origen de nuestra familia viene de hace muchos siglos atrás, antes de que colonizaran Suramérica, nuestros ancestros eran indígenas, conocidos en ese entonces, como brujos, chamanes o hechiceros ayudaban a los de sus tribus con diferentes problemas, espíritus malignos dolencias, maldiciones, etcétera. Nuestro linaje era el más puro, los mejores en la magia blanca, ya que nuestros tataratara (...), en fin, los que dieron origen a nuestra familia, hicieron un juramento a las fuerzas de los cielos, la mujer no podía concebir hijos, esta pareja prometió que su familia combatiría el mal si los Dioses le daban la posibilidad de tener hijos.

Esa misma noche en su choza, una luz se posó sobre el vientre de la mujer y solo se escuchó una voz que dijo "Procreen y cumplan". Y así sucedió tuvieron, tres hermosos hijos, dos niños y una hermosa niña. Lo que había sucedido esa noche dio mucho de qué hablar, unos los felicitaron, otros los envidiaban, decían que eran mentiras y bueno, otros les decidían los escogidos de la luz. Al pasar los años y a medida de múltiples males vencidos y personas que ayudaron, los ancianos de la tribu se percataron que tenían demasiado poder, mucho para una sola pareja o familia, así que decidieron poner fin a la situación, los acusaron de adulterar las creencias indígenas y ambos fueron sentenciados a morir. La mujer ante tal sentencia, antes de que la muchedumbre tocara a su puerta dio a sus hijos a su amiga de más confianza para que los llevara lejos y no volviera nunca más. Antes de ser ahorcados estos advirtieron:

- "El mal no descansara nunca, ni con nuestra muerte. Por eso, de nuestro linaje existirán cinco hechiceros, los más poderosos que el mal haya enfrentado, con poder sobre las palabras, muertos, sentimientos, viajar espiritualmente a través de diferentes planos y ver premoniciones".

La multitud no tomo en cuenta esto y procedieron a colgarlos, terminada la ejecución el gran jefe de la tribu ordeno la muerte de sus tres hijos, pero nuca los encontró. Rose me ha dicho que es inevitable protegerlos de su destino, que queramos o no le corresponde saber la verdad sobre su origen, pero es exponerlos a peligros que no deseo, ni como abuela, ni como madre y, mucho menos, como ser humano.

Magia en los suburbiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora