Parte sin título 34

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V

Dicen que no puede haber cambios sin antes agitar un poco las cosas, que es necesario ajustar ciertas conductas, objetos o hábitos para que tales cambios surtan efectos. En lo particular, yo creo que antes del cambio, debe haber desorden, de nosotros depende traer orden al caos que hemos creado con la excusa de querer "cambiar". Esto pienso en las oficinas de Fashion and Diamonds for Vic, debo vestirme muy formal, mamá me ha dado los mejores trajes y vestidos para lucir como una ejecutiva, la tía Marie experta en trabajos de oficina, me ha aconsejado que anote todo lo que me diga mi jefe y que antes de realizar algo, le pregunte. En la tienda me despidieron con una fiesta un poco sentimental nos reunimos, comimos, oímos música, y la gerente Jessica me dedico unas palabras y me puso como ejemplo para los que quieran un futuro ascenso en la empresa.

Por contrario a la tienda, en los tres días que llevo asistiendo aquí, el trabajo es muy tranquilo el jefe de la dirección de ingreso de personal es un sujeto mucho mayor que Klaus a quien no he visto desde el incidente con Emma, lo único que he hecho mientras he estado aquí es escanear documentos, imprimirlos, relacionar correspondencia, redactar informes y atender al público, me han aclarado que quieren que conozca el ritmo de la oficina antes de darme mayor grado de responsabilidad. Lo que acepte, pero me cuesta mantenerme despierta no porque el trabajo sea aburrido, que no pienso así, es que estos tres días hemos pasado la noches en vela intentado ubicar el Libro de los Cinco, no he obtenido una visión de donde podría estar o quien lo tiene, lo que me frustra, lo que si es cierto es que tal vez un demonio o el mal no lo tiene, decidimos no decirle nada a nuestras madres por temor a una seria reprimenda y creemos que podremos con esto sin que se enteren. Termino mis labores en la oficina, paso por el edificio donde está el escritorio jurídico de Ray para irnos al taller de Alex, en el auto de este la conversación gira entorno a como me siento, si me han tratado bien, pero, ambos sabemos que ninguno de los dos quiere hablar de que hemos perdido el libro:

—Lo encontraremos, —Me asegura Ray conduciendo, —No está perdido todo. Solucionaremos esto. O la abuela volverá del otro lado para atormentarnos por el resto de nuestras vidas, —Comenta Ray riendo un poco.

— ¡Es que no entiendo porque no he tenido una visión, si el mal lo tiene pues debería tener una para evitar que algo desastroso pase!, —Expongo con frustración.

Al llegar al taller, debemos esperar que Alexander termine de hablar con uno de sus empleados, al cabo de unos minutos, termina y Phillips, uno de sus mecánicos, le estrecha la mano con una sonrisa de oreja a oreja, dándole un abrazo a Alex le indica:

— ¡Prometo redoblar cuando vuelva jefe! —Le indico.

—Lo primero es tu familia Phillip. Cuida a tu esposa y cuando mejore vuelve, te recibiré con los brazos abiertos.

El señor se va con sus cosas, Alex no explica mientras cierra el taller que el señor Phillips esta pasando por una situación complicada pues su esposa necesita unas medicinas que este apenas puede pagar, Alex le presto el dinero, sin interés ni animo que le pague muy pronto:

—Eso muy noble Alex, — Le indico.

—Eres el jefe que todos quisiéramos tener, —Confirmo Ray.

—Basta chicos, debemos volver.

Saliendo del taller, obtengo una visión: En la Quinta Gus corre de un chico que lo persigue. Ya los chicos saben cómo actuó cuando tengo visiones, les explico y vamos de volada a la Quinta. Por otro lado, Alfred le da un paseo a Livie por la galería de arte explicando el concepto de algunas esculturas que se encuentran en ella, específicamente la que fueron hechas inspiradas en la edad media, Livie admira a Alfred asombrada como puede ser polifacético:

Magia en los suburbiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora