Capítulo 012: Violeta

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El señor Wonka tomó una de las pelotitas que estaban flotando para hacer una demostración

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El señor Wonka tomó una de las pelotitas que estaban flotando para hacer una demostración.

—— Estos son chupa ricos perpetuos. Para niños de varios recursos económicos. Durante todo el año, puede chuparlo y no se acaba. ¿No es genial?

—— Igual que el chicle. — Dijo Violeta aún mascando chicle

—— No. Tú mascas chicle, pero si mascas uno de estos chupa ricos, romperás tu lindos dientesillos. Y son esquistos. — la madre de Violeta le dedicó una mirada y le asintió — Y aquí esta el chocopelo. Con uno de estos trocitos que prueben y exactamente en media hora, el cabello les comenzará a crecer en su cabecita loca. También el bigote y la barba.

—— ¿Quien quiere barba? — preguntó Miguel de mala gana —

—— Bueno, pues... Escritores, poetas, motociclistas y también esos nuevos raperos que están de moda. — Veruca miraba asqueada a Mary, Mary por otro lado le sonrió con amabilidad y siguió mirando al señor Wonka que aún hablaba. Por otro lado, Janeth observaba a lo lejos a su hermana pequeña. Sonrió feliz por su hermana, pero su alegría se esfumó cuando el esposo de Megan se le acercó. —

—— Estoy esperando tus gracias. — sonrió de brazos cruzados, ella frunció el ceño y volteó a él

—— ¿Agradecerle? Me imagino por el trabajo. Aún así, no me interesa dar las gracias.

—— Gracias a mi tienes trabajo. Si no fuese por mi, estarías en la cárcel. Gracias a mi una mujer humilde con una vida pobre y sucia, pudo traer a su pobre hermanita a este lugar. Todo es gracias a mi, Janeth. Trajiste a tu hermanita cuando ni siquiera puedes comprarle otra ropa o unos mejores zapatos. — su mirada cambió a los zapatos de su hermana mientras que lo oía reírse de manera burlona — ¿Y bien?

—— Yo me preocupo de los zapatos de mi hermana y de su estado. Tú enfócate en tu hija. Tienes mucho en que trabajar con ella. — volteó a él con un semblante frío y le respondió con frialdad y enojo —

—— ¿Perdón? — Ella sonrió burlona esta vez

—— Señor, ¿usted sabe como era Megan de pequeña?¿No? Que raro. En fin, yo le digo. Su hija y su esposa si se parecen. Megan abandonó a sus padres que la malcriaron por años por irse con un hombre como usted. Un hombre aún más rico. Eso pasará en un futuro con su querida Veruca. — le respondió sarcástica —

—— Encárgate de tu hermana. — Le respondió el irritándose —

—— Yo digo lo mismo. Usted encárguese de su propia hija. Tiene mucho trabajo por delante con ella, como para estar mirando a mi hermana. Yo decido que hacer con ella y es mi problema si no tiene unos buenos zapatos, buena ropa o veinte ponys en cada casa. Que por cierto, son igual de caprichosos que la dueña. — le respondía la rubia acercándosele sin sentirse intimidada por el. Puso los ojos en blanco y le dió la espalda lista para irse —

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