— 04 —
—¿A dónde vas viéndote tan bien? —preguntó una chica con la que solía charlar, quien vivía en el piso de abajo.
—Ah, hola, Chaewon-ah. Voy a ver a mi novio, ¿por qué? —respondió con una pequeña sonrisa bailando en sus labios.
La chica le sonrió de vuelta, negando suavemente con la cabeza a la vez que reía levemente.
—Creí que ya no salías con él. Digo —se explicó—, como ya no ha venido...
Soobin negó también de la misma forma, haciendo un ademán negativo con sus manos que daba a entender que estaba equivocada.
—Sólo ha estado ocupado, es todo. Por eso esta vez yo iré a verlo.
—Entiendo. Salúdalo por mí, ¿si? —y el azabache asintió—. Extraño cuando platicábamos todos juntos.
—Le diré que vuelva a hacer un espacio —dijo tranquilamente—. En fin, ¡nos vemos!
Con eso, salió del complejo directo al lugar de la última publicación, lo que era alguna clase de plaza en la que no era común el que un gran grupo de gente transitara al mismo tiempo, por lo que el sitio estaba medianamente vacío. Cuando llegó, la pareja estaba compartiendo una banca. Estaban ahí, tan tranquilos, tan quietos, tan felices, tan... ignorantes de lo que fuera a suceder después, tan... inocentes, que por un segundo Soobin dudó en enviar aquel mensaje, pero cuando observó cómo comenzaron a actuar entre sí, sus dedos se movieron solos sobre la pantalla a la vez que confirmaba el lugar, la posición y el dónde él mismo se ubicaba, agradeciendo cuando leyó que todo estaba en camino.
Si Yeonjun se había llevado incauto el corazón de Soobin, ¿por qué Soobin no podría raptar al responsable de tal fechoría?
Mientras esperaba, se quedó quieto en su sitio, pendiente por si se les ocurría a esos dos comenzar a salir del lugar o moverse, para poder avisar y anticipar su destino, y entonces ejecutar todo a donde sea que fueran a cambiarse, pero nada de eso ocurrió. Su garganta de pronto comenzó a cerrarse cuando su conciencia quiso hacer el amago de evitar cualquier cosa, casi como si estuviera teniendo un leve desasosiego mental el cual su deseo de continuar terminó extinguiendo, porque, ¿de qué forma ese chico no sería de nadie más si continuaba... vivo?
Era imposible, ¿verdad? Porque el ser humano es libre, al menos mientras utiliza el plano terrenal, y la única manera de cancelar esa libertad era, bueno, ayudándolo a llegar a donde no necesitaría de elegir.
Se sentía nervioso, no iba a negarlo, se sentía nervioso y ligeramente culpable, pero igualmente corría adrenalina por sus venas. Obviamente, cuando preguntaron si podrían continuar, él les dijo que sí. Accedió al aviso de que procederían con lo que habían traído y después de algunos minutos pudo ver el cómo su ex-novio y la chica al lado suyo habían perdido la batalla contra ese paño bañado en escopolamina y las fuerzas de esos hombres, quedando como si lo único que hicieran fuera dormir profundamente.
Definitivamente se estaba volviendo loco.
Si la señora Hwang hubiera sabido para qué Soobin le había pedido prestada su bodega, quizás no hubiera sido tan flexible con él ni le hubiera dado las llaves de sus candados tan fácilmente como había pasado, aunque igualmente no era como si se fuera a enterar, ¿verdad? Por eso es que no dudó en tender las colchonetas que ahí había para no ensuciar el piso, por eso es que se puso guantes de látex y un día antes cubrió todas las ventanas con bolsas negras, dejando únicamente a la luz artificial permitir ver claramente todo lo que sucedía. Y es que, si por él fuera, los prepararía por separado, pero primero quería probar algo... especial para su bonito ex.
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𝐊𝐈𝐋𝐋𝐎𝐕𝐄﹔soobjun (숩준)
FanfictionSentimientos reprimidos, delimitaciones antes de tiempo y un libre acceso a comportarse exactamente como no debía. La frustración era tontamente inusual para sí, pero Choi Soobin había permitido a sus emociones tomar el mando de cada uno de sus impu...