El misterio de la última misión Parte 1

94 18 3
                                    

Hinata observó a lo lejos como Kakashi se llevaba a Yamato agarrado del cuello de su camisa negra. Se preguntaba por qué Yamato lucía tan molesto. Después de eso, su mirada bajó para ver su mano blanca que era sostenida por la mano grande de Genma y se imaginó que era la de Yamato.

"Hey, calma Hinata, ¿en qué estás pensando?" pensó riéndose un poco de sí misma, avergonzada.

― Hay que ir con los señores Aburame. –Le dijo Hinata soltando la mano de Genma y adelantándose unos pasos antes que él.

Genma inmediatamente notó el pequeño cambio en Hinata. Observó de reojo por donde Yamato se había ido y luego volteó a ver a Hinata para después emitir una sonrisa de medio lado. Decidió dejar eso para después y alcanzó a Hinata para ir a darles el pésame a los señores Aburame.

― Lo lamento mucho. Shino era una de mis personas favoritas en el mundo. –decía Hinata tratando de no llorar –No sé cómo explicarlo, solo sé que él era especial...

La voz de Hinata se oyó agrietada de un momento a otro y el señor Aburame le puso una mano en el hombro, en señal de que se detuviera.

― Hinata, no tienes que decir más. Sabemos que más que amigos, Kiba, Shino y tú eran como hermanos.

Hinata asintió para luego hacerles una reverencia y dejar que Genma diera sus condolencias a los señores. Decidió esperarlo un poco alejada, mirando como la tierra cubría el ataúd de su amigo.

"¿Por qué tuviste que morir, Shino-kun? ... Te prometo que encontrare al culpable y definitivamente yo... lo haré pagar" decidió en su mente.

― Hina-chan. –la saludó Ino con una débil sonrisa.

― Ino-san. –se sorprendió de verla allí con un vestido negro de lo más recatado. Por lo regular, la rubia siempre llevaba atuendos cortos y coloridos, muy bonitos, así que definitivamente le asustó un poco verla con un vestido negro que iba del cuello hasta los pies.

― Ino-san, ino-san. –susurró sonriendo, acercándose a ella. – ¿Nunca vas a dejar de llamarme así, verdad?

Un recuerdo borroso vino de repente a la mente de Hinata cuando su amiga le había dicho aquello.

-¡Ino-san, Ino,san! –se quejaba la rubia de ojos azules. – ¿Cuántas veces te he dicho que basta con que me digas Ino?... –Ino se detuvo por un momento viendo al acompañante de Hinata, sin embargo, la cara no se le veía al tal hombre. Ino levanto la vista y miro al acompañante de Hinata con el ceño fruncido. –Dígame, ¿Está usted de alguna forma acosando a Hinata?*

Hinata volvió de su ensimismamiento y vio que Ino la miraba preocupada. Por un momento, se preguntó quién era ese sujeto de su recuerdo el cual se veía totalmente borroso.

― Gomen. –se disculpó por su distracción con voz baja, mirando nuevamente hacia el entierro de su amigo.

― Era un shinobi excepcional. –opino Ino siguiendo la mirada de Hinata.

― Lo era. –afirmó inmediatamente. – Yo... no recuerdo algunas cosas...

― Sí, lo sé, nos dijo Tsunade a Sakura y a mí.

― ¿Tú crees que yo pude haber evitado que Shino muriera? –preguntó luchando para que la garganta no se le cerrara y temiendo por la respuesta que pudiera dar Ino.

― No. –negó la rubia. –Tengo entendido que no te asignaron a la misión que lo mato.

― ¿Por qué no? –volteó Hinata con rapidez. –Se supone que somos un equipo... o lo éramos. El punto es que debí haber ido a esa misión yo también.

El guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora