El lenguaje más oscuro de las flores

Capitulo 5

La primera mañana después - Primavera de 2002

Afuera, la lluvia caía a cántaros pesados, oscureciendo el mundo más allá del cristal de la ventana. El trueno rodando en la distancia era el único sonido que se escuchaba. Hermione parpadeó despierta en la oscuridad de su habitación. Se alegró de haber tenido la previsión de desenchufar su reloj despertador muggle, seguramente habría sonado hace más de una hora. La casa tenía electricidad y una pequeña cantidad de electrodomésticos muggles y había planeado exponer a sus chicos a ellos gradualmente. Eso fue antes de que ella hubiera visto el horrible estado en el que se encontraban.

A medida que lentamente se hizo más y más consciente de su entorno, se dio cuenta de que podía sentir las cálidas bocanadas de su aliento en la nuca: Draco. Podía sentir su cuerpo delgado cerrarse detrás de ella y él estaba respirando en su cabello. El olor de ella debe haberlo acercado más mientras dormía, incluso si no le estaba respondiendo mientras estaba despierto. Él no la estaba tocando en absoluto, lo que tuvo que admitir que fue un poco decepcionante, pero su boca estaba a escasos centímetros de donde sus rizos salvajes descansaban sobre la almohada. Había estado tan molesta anoche que se había olvidado de trenzar su cabello antes de acostarse, lo pagaría más tarde.

Intentó obtener algo de esperanza de la proximidad voluntaria de Draco hacia ella, pero la inquietud de su mirada inexpresiva cuando la había visto cepillar el cabello de Theo todavía la perseguía. Era casi como si tuviera el fantasma de él en su cama, pero todos los fantasmas que había conocido habían sido mucho más vivos que él.

Mirando hacia adelante, Hermione se dio cuenta de que Theo tenía una mano huesuda en su cadera, con el brazo echado hacia adelante, sus dedos agarrándola débilmente. Su ceño estaba fruncido mientras dormía y había rastros secos de sal en sus mejillas. Debe haber llorado en silencio en la noche.

Oh pobre Theo. Hermione se acercó y le acarició la mejilla. Sorprendentemente, no se movió. Debe estar agotado. Ambos deben estar, y casi con certeza, terriblemente enfermos. Su respiración dificultosa continuaba preocupándola. El traqueteo de las exhalaciones de Theo la tenía tan preocupada que sintió ganas de caminar de un lado a otro del dormitorio escuchando si tomaba su siguiente aliento. Quería hacer algo al respecto de inmediato, pero era fin de semana y no había forma de que pudiera programar una visita a domicilio hoy.

Con suerte, tenía algo de jarabe para la tos muggle escondido en algún lugar y, si tenía suerte, uno de sus viejos inhaladores. Ninguno de los dos parecía gozar de buena salud respiratoria y era necesario tratarlo con prontitud.

La tensión de Draco detrás de ella y Theo frente a ella la hizo sentir tensa como la cuerda de un arco. Ojalá fueran los labios de Draco en su cuello mientras Theo le llenaba el coño. Hacía demasiado tiempo. Pero Dioses, estaban tan débiles ahora, podrían pasar meses antes de que estuvieran lo suficientemente bien como para siquiera considerar hacerle el amor. Eso era si pudiera lograr que salieran de su estado catatónico. Si estas cáscaras vacías fueran permanentes, Hermione pensó que ella misma podría ser Avada. ¿Podría usarse la maldición asesina para suicidarse? Después de todo, tendrías que decirlo en serio, y si realmente estuvieran perdidos para siempre, ella lo diría en serio.

Sacudiéndose la melancolía, Hermione retiró lentamente la mano de Theo, luego se movió y giró. Se sentó y se deslizó por la cama, tratando de dejar que ambos durmieran para poder usar el baño.

Cuando se giró para mirarlos, la mano de Draco estaba agarrando la almohada donde había estado su cabeza y podría haber jurado que lo escuchó gemir mientras se acurrucaba más en donde había estado descansando su cabeza.