Al calor del momento.

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La pizza humeante estaba frente a nosotros, hace rato ya había encendido la televisión dejando una película de fondo para ver juntos. Me incliné al frente y tomé una rebanada que posteriormente comenzaría a comer.

Volteé con el rubio y señalé la comida.

—¿Vas a comer?

—Si, perdón. Estaba pensando en algo.

Aoyama se inclinó a tomar un pedazo, lo probó y sonrió al sentir el queso entre su boca, masticó con tranquilidad y habló.

—Está deliciosa, no había probado algo tan rico.

¿En qué pensabas?—cuestioné curioso y lo miré, el contrario sonrió y me miró.—¿No cree usted que es muy curioso por su propio bien?—su respuesta me tomó desprevenido. Ajusté mis lentes y negué, —creo que cuento con la curiosidad necesaria, además de que me entró la duda.

El rubio soltó una risa muy suave, volteó al frente de nuevo y se encogió de hombros.

—Solo intentaba ordenar dentro de mi mente todo lo sucedido. Es extraño como las cosas suceden, no imaginé que mi día fuera a desarrollarse de esta forma. Hace unas cuantas horas estaba viviendo uno de mis peores días y ahora estoy cenando junto a mi crush pensando en como sería besarlo.

Me miró esperanzado, ¿aquí yo debía hacer algo?.

Oh, probablemente debería besarlo, si es así me temo no poder hacerlo, no sé besar y prefiero no defraudarlo por ahora.

Me está sangrando la pierna—solté sin pensar, reprochándome internamente por aquello.

El contrario se levantó apresurado, dejó su comida a un lado y fue directamente a intentar levantar mis vendas sin que la ropa molestara. Imagino que la idea del beso quedó reprimida por el momento, buscaría un tutorial más tarde para no defraudar al rubio que tantas expectativas se había ideado acerca mío parece ser.

—Delegado, no puedo revisarlo así, acomódese sobre el sillón.

Obedecí sin chistar haciéndome hacia atrás, levanté mi pierna y dejé que la revisara.

Es usted un mentiroso, Tenya Iida.—Sonrió malicioso, soltó las vendas y se colocó encima mío mirando mi rostro, no, analizando mi rostro. Mi cuerpo comenzó a experimentar interminables altibajos ante la cercanía del rubio.

Sentí la humedad de la sangre, lo juro—me excusé, claramente no era una razón válida.—Su sentido de la sensibilidad está muy dañado parece ser, ¿Qué le parece si intentamos arreglarlo?.

La duda surgió en mi mirada, sabía internamente cuáles eran sus intenciones pero aún así algo en mi tenía la curiosidad de ver hacia donde se derivava aquello.

—¿Y que harás?

Cuestioné al rubio que no dudó en sonreír y acercarse a mi rostro, al final del día tendría que improvisar mis nulas habilidades.

Tenya, ya llegué—avisó alguien desde la entrada de la casa, escuché el sonido de las ruedas, era mi hermano, casi siempre llegaba solo de su terapia de rehabilitación, no lo consideré—.

El rubio se levantó rápidamente y yo me logré sentar justo al tiempo en que lo ví aparecer por la sala.

—Ay, perdón. No sabía que había invitados, ¿Eres amigo de Tenya?

—Si, algo así.

Mi hermano volteó hacia mi dándome una mirada curiosa ante la respuesta que había escuchado de Aoyama, me esperaba un interrogatorio.

Bueno, los dejo seguir su tarde—dijo y se despidió amable, yo nuevamente hablé sin pensar replicando—quédate, pedimos pizza y a Aoyama no le interesa uno más, ¿Verdad?

El rubio hizo un pequeño gesto de disgusto pero aún así asintió.

—La realidad es que yo ya casi me iba, ya está anocheciendo y mi casa queda lejos.

Quédate a dormir, si quieres llama a tus padres y pide permiso, no queremos que te vaya a pasar algo malo—contestó Tensei soltando una risa divertida al final, estaba moviendo la situación a su conveniencia.

Aoyama lo dudó un poco pero aceptó, fue a hacer la llamada dejándonos a ambos solos un momento.

El pequeño Tenya trajo un chico a casa, eh?—comentó el mayor, se estaba divirtiendo y lo podía notar en su cara, esto era como su programa favorito.

—No tienes porqué hacer esto, Aoyama se va a incomodar.

—No se puede incomodar más de lo que lo incomodaste tu invitándome a estar aquí con ustedes dos viendo películas, no seas descuidado Tenya.

Ajusté mis lentes y negué.

Aoyama regresó a la sala y sonrió hacia mí.

—Si me puedo quedar.

Una larga noche me espera.

I found the stars on you [Iidayama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora