Conozco la condición física en la que mi cuerpo termina cada que paso por este procedimiento, no es nada insoportable, aun así no quita que dentro de las siguientes horas me niegue a caminar como mínimo, pero, ¿Cómo negarme ante tal petición tan amable?.
¿Era amable o simplemente yo cedía muy rápido?
Tal vez era mi mente pidiendo que me despejara por una vez en meses, sobre pensar y sobre esforzarme al final del día pasaban factura.
Mis pensamientos se interrumpieron ante el dolor agudo que recorrió mi pierna tras salir la última pieza de mi quirk. Tome una bocanada de aire, saqué la toalla de mi boca, la tiré a un lado y comencé a curar el agujero que había quedado.
Coloqué vendas y me aseguré que estas estuvieran bien ajustadas antes de bajar las piernas.
—Delegado, ¿usted podrá caminar después de todo lo que se hizo?
El rubio me miraba curioso, no era tonto y claramente sospechaba el dolor que sentía.
—Con una pastilla para el dolor estaré bien.
Mi respuesta es una clara verdad a medias, seguirá punzando como mínimo.
—Me niego a creerle, usted me brindó una gran terapia para mi ira, es mi turno de brindarle apoyo en su recuperación. No piense en decirme que no porque voy a insistir y si algo tengo es una gran constancia con lo que quiero.
¿Me quiere?, no, me quiere ayudar a recuperarme.
Las malas interpretaciones ocasionan muchos malos entendidos, no le crearía una segunda mala experiencia a Aoyama por ahora, al menos no hoy.
—Delegado, iré por algo rico para comer, ¿nos vemos en su casa?
Comenzó a ayudarme con las cosas regadas mientras yo dejaba a mis impulsos brotar para preguntar sin pena.
¿Por qué no nos vamos juntos?—mi consciencia me reprimió fuertemente por eso casi obligándome a corregirme.—Me refiero a ir juntos a mi casa, yo necesito ayuda para caminar y podríamos ordenar desde allá.
La dificultad para caminar nunca se había sentido tan a mi favor.
—Veo que es rápido haciendo planes, delegado.
El rubio mostró una sonrisa amplia como si a continuación fuera a reír, ladeó su cabeza y se levantó.
—Vámonos, conoceré su casa y usted comprará la comida.
No me era problema. Originalmente pensaría en ahorrar pero en este momento eso no me pintaba como opción.
Tomé impulso y me levanté, un pequeño mareo me recorrió mas no sentí preocupación, era algo que ya conocía y el momento no ameritaba quejas.
Caminé junto al rubio, la tarde ya comenzaba a caer para convertirse en noche, un atardecer demasiado hermoso, un momento grato.
Delegado—llamó el rubio a lo que volteé,—¿No le molesta gastar su fin de semana fuera de casa conmigo?.
¿Por qué lo haría? Me agrada estar contigo—contesté en automático, en realidad esa era la verdad, el rubio era agradable. De alguna manera siempre tomaba mis manos cuando me emocionaba y las agitaba dentro de las misiones para tranquilizarme. Tuvimos momentos incómodos como cuando se me requirió en mi papel de delegado...para pasarle papel.
Los pensamientos fluyeron al igual que la platica entre nosotros. No pasó mucho tiempo hasta que llegamos a mi casa, lo invité a pasar, nos quitamos los zapatos y entramos directo a la sala.
No hay nadie en casa así que no te preocupes por nada. ¿Qué quieres comer? ¿Quieres algo de tomar?—pregunté cordial, quiero ser un buen anfitrión. Aoyama negó, se sentó y palmeó a su lado.
Venga, vamos a elegir lo que ordenaremos—mencionó y sacó su teléfono.
Me acerqué tomando asiento junto a el, mis piernas ardían al sentir como rozaba el movimiento de la venda contra la herida abierta, no pensaba quejarme. Tensei se reiría al verme aguantando todas mis quejas cuando en otras ocasiones a él le toca escuchar una por una mis palabras. Aoyama volvió a sacarme de mis pensamientos habituales, esta vez con una frase bastante fuerte.
—¿Por qué usted no se interesó por mi, delegado?
¿Qué?
N/A:
Espacio para desquitar enojo, adelante:D
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I found the stars on you [Iidayama]
Fiksi PenggemarLa vida llega a tener altibajos, momentos inconvenientes que inclusive llegan a sentirse innecesarios. Tenya Iida siempre tuvo un orden estricto en su vida, en su futuro. Cada día una nueva decisión previamente planeada llegaba a él, decisión la cua...