Carta de auxilio

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Está es una carta, una carta que probablemente no vea la luz del día en la tinta que produce el lapicero que tengo en mi mano para rallarme los brazos, donde me gustaría que fuesen cortadas.

Tengo cicatrices en mi mente y en mi corazón que no quieren sanar, pienso que todos tenemos alguna pienso yo, ya que cada persona tiene algún recuerdo triste o alguna memoria pasada que quisiera olvidar, que quisiera arrancarse de la cabeza y quemarla hasta volverla ceniza.

Me e dado cuenta que todos tenemos esas máscaras de felicidad detrás de un esfuerzo enorme por mantener la tristeza cargada de lágrimas a raya, esa persona feliz a veces llora desconsoladamente y en ocasiones no pide ayuda porque el dolor de la tristeza en nuestros corazones a veces es más fuerte que nuestra propia motivación para mantenernos felices.

Yo e visto como personas alegres lloran sin nadie que les abrace, sin nadie que les tienda una mano, esa persona que te hace o te hizo feliz en alguna ocasión, te has puesto a pensar si esa persona también será feliz como tú lo eres cuando estás con esa persona? En ocasiones, no hay palabras que justifiquen la tristeza, ni hay sentimientos que justifiquen las palabras que salen de nuestra boca, solemos perder el control incesantemente de nuestras acciones y de nuestras palabras, es de ahí donde nacen muchos errores, porque claro ¿Quien es capaz de mantener su cabeza en silencio? Y ¿Quien es capaz de mantener su corazón sin una pizca de sentimiento?

Viví bajo mucho dolor y e pensado quitarme la vida en muchas ocasiones, pero ya hace mucho de eso.
Tanto que ya no recuerdo del porque pensaba así, pero la noción de tristeza me hace querer hacerlo, quisiera que me abrazacen cuando estoy en los brazos de alguien siento que cada nube gris en mi alma desamparada brilla por pequeños momentos.

Me e enamorado y e sentido la dicha de mirar el cielo pensando en esa persona, de dedicarle tantos escritos que podrías hacer un libro con su nombre y sería más largo que su autobiografía, me e grabado cada parte de su rostro que lo e dibujado a mano en retrato y le e tomado fotos cada segundo en mi mente cuando estoy a su lado.

Ese calor es muy bonito pero claro, el amor es una de las dichas más grandes y de los dolores más fuertes que existen, no me importa que opinas mientras lees esto en algún momento seguro que has pensado igual que yo.

Esta carta es para pedir auxilio a mi mismo y para tratar de perdonarme porque se que en el pasado yo también me odie, ahora que estoy solo me veo al espejo a diario y ya ni siquiera parece que veo a mi reflejo, ese cabello negro, esas ojeras y esos ojos apagados ya no son ni la más alejada imagen de aquella persona que en un pasado tanto brillo.

Dicen que para amar a otros necesitas amarte a ti mismo, pero yo me ame cuando me quisiste y aún así me dejaste, soy de las personas que les cuesta desprenderse de cosas y personas importantes porque me da igual lo que me llevo y lo que tengo, me importa el cuidado que tengo de no quebrar nada, aunque eso implique quebrarme a mi mismo.

Siempre te lo dije ¿No? Mientras tú seas feliz yo estaré bien, quiero que seas feliz sin mi y si ya eres feliz sin mi, no puedo contradecirte, lo que debo hacer es irme.

Trato de hacer mi vida, pero es una vida vacía, porque es una vida que murió en aquel intento de suicidio de hace tanto tiempo, yo estoy muerto desde hace mucho y lo único que queda de aquella persona que falleció son estás cartas que a veces salen para recordarme aquella tragedia.

Debería buscar ayuda y eso es lo que hago, pero no quiero que me ayudes para que después te vayas, esa no es la clase de ayuda que quiero y si eso no es lo que harás olvida que alguna vez leíste estas letras porque no tiene sentido, piénsalo tienes una vida porque consumirse tratando de ayudar a alguien que no tiene salvación a corto plazo.

Solo encuentro paz en los gatos que me ronronean y me buscan mientras doy un paseo por las calles que abandone hace mucho tiempo, encuentro paz en la música que me sigue desde que era niño sin criticar ningún género y saltando cuando llega esa parte que tanto me gusta cantar.

Te dedique serenata a escondidas con una guitarra de cuerdas dañadas, al igual que te cante y te dedique mil canciones con una voz de cuerdas dañadas.

Esta carta se la escribo a mi más fiel amiga aquella que me a acompañado por tantos años y si, me refiero a ti querida amiga soledad, no me extraña tu presencia en mi habitación siempre me acompañas a tan solo un par de pasos a veces te vas por momentos pero a final de cuentas siempre regresas a mi.

Sí hablamos de lealtad eres sin lugar a dudas un ejemplo a seguir, atesorare los momentos bonitos con las personas que me acompañaron hasta el día de hoy eso siempre, pero también se que llevaré en el alma esa parte de mi que me corroe el corazón poco a poco hasta matarme el corazón en noches de luna llena como está.

Espero mañana estar mejor o no creo poder soportar esta compañía tuya querida amiga soledad, es todo lo que te puedo decir.

Es todo lo que sufre mi alma en silencio.
Es todo lo que esa sonrisa que va de punta a punta y que camufla depresión para que no me hagas preguntas oculta.

Es todo el mensaje de una simple carta de auxilio más.

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