1- Despedida

65 14 6
                                    

Esto no tiene por qué estar pasando, pero sí pasó y está llegando a su fin así que no tengo más opción que entrar por la puerta de la habitación de hospital (aunque duela, aunque duela hasta la médula) y verlo ahí recostado a la cama con más vida en el cielo que en la tierra.

-Mi... -la voz me titubea así que bajo la mirada y decido no mirarlo a los ojos directamente. No podía hacerlo.

-Dan, ven aqui- me extiende su mano y veo que su mirada ha cobrado vida aún cuando su voz es casi inaudible.

Cuando llego a su lugar tomó mi mano... y esa sensación de hormigueo volvió a mí como ese primer día en el que tomo mi mano para dramatizar que era un rey y yo su reina. Esas manos tan delicadas que tenía, oh por Dios, eran mi perdición.

-Solo mírame sí, hazlo como la primera vez- se ríe y suspira recordando- esa primera vez que me miraste con ganas de que me saltara todo tipo reglas y te besara de una puta vez- yo sonrío y lo miro decidida porque así fue, ese día no quería que fuera respetuoso, solo quería que me besara y listo. Quería saber cómo era sentir lo que tantas veces había imaginado.

-Si, justo así...- comienza a toser y se que no ha hablado mucho pero eso le ha sido suficiente para su condición.

-Te quiero... te quiero demasiado y por tanto esto me es imposible de hacer, lo siento- me rompo a llorar.
Siento su mano apretar fuertemente la mía y me hace que lo mire a los ojos.

-Es la única oportunidad que tienes para decir todo lo que no me has dicho nunca- y era... cierto.

-Amo cada caricia, cada sonrisa, cada mirada, abrazo que me dedicaste estos años. Amo cuando me observabas como si fuera lo más hermoso del mundo. Amo todas las canciones que me dedicaste. Amo cada te amo que salió de tus labios. Amo esa forma de comprenderme, esa manera de "se que pasa, mi amor" con solo haberte mirado. Amo que hayas sido tu el que me obligo a quedarme ese día en la escuela para decirme que te gustaba. Amo como me enseñaste a besar. Amo que no perdieras oportunidad para olerme y decirme que te encantaba mi fragancia... -esa máquina que tenía a un costado comenzó a mostrar que el estaba cada vez más lejos de mi así que solo me apresure a decir- Amo cada jodido detalle de quién eres, te amo a ti y... yo deseaba tanto como tú aquella escapada a la que nunca quise ir, la deseaba sí- me acerco a su rostro y mientras poso mis labios sobre los suyos y siento como suspira pesadamente le susurro- y no sabes cuántas veces imaginé que pudo haber pasado...

Escucho esa maldita cosa sonar con un fuerte pitido, miro y solo veo una línea....
El ya no estaba. Solo estaba yo, habíamos jurado estar siempre ahí y si, yo estaba en su momento de mayor flaqueza y él en el de mi mayor dolor. Ambos lo habíamos hecho bien, hasta el final, hasta este final.

Historias de un amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora