9- Caparazón

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-Quizás solo estoy aquí porque debo y no porque quiero- no me mira, se que para sostener esa armadura que dice poseer, no es muy producente que me mire a los ojos, si, solo a mi. Porque a pesar de su distancia yo sabía que solo yo era capaz de romper cada jodida parte de esa armadura de mierda.

-Solo me importa que estás... si lo quieres o no, o si debías o no, sinceramente no me importa. Tenerte a unos pasos es más que suficiente para mí- me mira, ¿qué, me miró? ¡si, lo ha hecho! y ahora soy yo la que no sabe que hacer con eso.

-¿Entonces que? ¿nos quedaremos aquí como dos estúpidos o te acompaño?
La noche estaba bastante oscura y aunque fuese la escuela, jamás me había gustado andar sola por los pasillos exteriores. Y si lo están pensando, algo que amo con todo mi ser es saber que dormimos en el mismo sitio, claro, el en su parte del edificio, yo en la mía, pero ¡rayos! es divino.

-Puedes acompañarme.

-¿Por que carajo te quedas hasta tan tarde en la biblioteca?- comenzamos a caminar.

-Pues porque... es importante leer y estar solo de vez en cuando.

-Que bueno que entiendes el valor de la soledad. Deberías considerar que contigo yo no estoy satisfecho en ese sentido- deberías saber que tampoco lo estarás.

-Odias mi presencia, pero cuando no estoy, se que piensas tanto como...-ya no me digas estúpida que ibas a declararte. Veo como me mira con curiosidad y ahora soy yo quien esquiva la mirada- como... ya sabes... como Romeo en Julieta.

-¿Estas cosas son las que lees a estas horas?- ay Dios, tiene una sonrisa en sus labios.

-¿Por qué te interesa?

-Eres odiosa. ¿Acaso nadie te dijo cuáles eran las señales que indicaban que un chico no gusta de ti?- uf acababa de perder conmigo esta batalla.

-Si, por supuesto que sí y creeme que ninguna de ellas está en no mirar directo a los ojos, o en mostrarse distante pero aún así llegar- hago énfasis es las siguientes palabras- a las 11 de la noche a recoger a la chica que no te gusta, para decirle que no te deja estar solo. Puedo también continuar diciéndote que tú asiento en las clases es el mejor desde el cual se puede ver mi sitio- eso lo sorprende- sí, llámame loca pero lo he comprobado. ¿Quieres que hable de que amas verme con ese vestido beige que estuviste mirando en la tienda por más de 10 minutos seguidos? o ¿quizás deberíamos hablar de la forma en la que me estás mirando ahora?
Se acerca a mi y hace que dejemos de caminar.

-No, ya eso lo sabemos los dos- ¡Dios mío! lo estaba confirmando- a mi me gustaría hablar de lo extremadamente loca que eres, o de como te peinas durante horas solo para hacerte una simple cola, ¿te da vergüenza llevar el cabello suelto? porque si me permites decirlo: te ves espectacularmente sexy- este... ¿sexy? ¿yo?- quizás te gustaría hablar de cuando vas a mi edificio a ver a tu amigo de la guardia solo para preguntarle si he salido- wow cuántas cosas sabe-   o tal vez de cuántas veces he imaginado como besarte: ¿será de esas atrevidas que no esperan el momento? ¿o serán de esas que se dejan llevar?- bueno... a mi me encanta el y todo el rollo, pero creo que esto ni siquiera me lo había imaginado así que estoy nerviosa, nerviosisima y bueno, respira, respira...- o tal vez deberíamos dejar de hablarnos.

Se acerca aún más a mi y me sujeta por la cintura, me acerca a el y su aroma es divino, se me parece a mis sueños, siempre sueño con su olor y bueno quizás también con su risa, con su voz, con sus ojos... Pone sus labios contra mi oído y susurra algo que no entiendo, pero no sé para que debía entenderlo si me iba a deleitar con lo siguiente: esos labios sobre los míos, siiii, me estaba besando y... no, ya no me estaba besando, ¿por qué?

-Tal vez podríamos hablar del por qué no habías besado a nadie y de que probablemente me gustes mucho más que antes- susurra aún pegado a mis labios.

-Supongo que podrías haberlo preguntado.

-Tienes 20 años. A esta edad ni siquiera se pregunta si eres virgen- aparta sus ojos de mi y me mira a los ojos- pero ya no necesito preguntarte nada, así que gracias, gracias por esperar al idiota que nunca te dejo ver más allá de a lo que todos tenían acceso.

-Igualmente lo hice.

-Te falta un poco.

-¿Eso significa que me dejaras?

-Solo si dejas de creer que no eres sexy.

-Me falta un poco.

-Te falta mucho- lo sabía, pero aún más que eso sabía que el me ayudaría a creermelo- pero aún así te dejaré- y a mí me encantaría conocerlo de todas las formas posibles.

Historias de un amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora