VII: "Decisiones arriesgadas"

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Cuando se dice que una zona está aislada, se refiere a que nadie puede teletransportarse, o usar un portal para ingresar o salir de allí, es decir, si el Tártaro está aislado, nadie que esté fuera de este podrá teletransportarse, o abrir un portal para entrar, o por el contrario, quien esté dentro, no podrá utilizar dichos poderes para salir.

Luego de caminar un buen trayecto, se empezó a sentir un temblor que subía su intensidad cada vez más, y por estos algunas rocas caían. México puso a Argentina encima de su hombro y salió volando de aquella cueva procurando no lastimarse a si mismo, ni al argentino, cosa que logró.

El mayor suspiró aliviado mientras continuaba en el aire. De repente, los dos empezaron a sentir como la temperatura subía. Argentina sabía que pasaba, su amo estaba cerca, y eso era bueno, lo salvaría de ese ángel tan molesto que lo tenía como rehén.

México volteó y vió que una figura se aproximaba a rápida velocidad, tan rápido que en un par de pestañeos, ya estaba en frente suyo. El ángel tomó por detrás al Oni rodeando su cuello con el brazo.

─ Te mueves y le corto la cabeza─

Amenazó México mientras miraba serio a Asmodeus.

─ ¡Ay, no sabía que los ángeles podían ser tan malvados!─

Respondió con un tono de sarcasmo aquél gran demonio.

─ Libera a mis hermanos, y te devuelvo a tu Oni─

Amenazó nuevamente.

─ ¡Me rindo, me rindo! Que miedo...─

Dijo, para luego hacer a sus hermanos y tomar rápidamente a su Oni. Este último esbozó una gran sonrisa y abrazó a Asmodeus, estaba emocionado de sentir nuevamente su calor; lo extrañaba mucho. (a pesar de haber pasado tan solo un día)

─ ¿Cómo es que puedes ser tan imbécil e inútil? Mira como te  dejó... pareces un costal de papas sucio y viejo-

la expresión del argentino cambió inmediatamente. Asmodeus solía ser bastante duro con las palabras, y al menor le dolía oírlas. 

─ Ya no me sirves ─

El demonio tomó sin cuidado por el brazo a su oni y lo lanzó con todas sus fuerzas, haciendo que saliera volando a gran velocidad. Argentina entró en desesperación ya que sus alas habían sido atadas anteriormente por México, y si no las libraba no iba a poder salvarse de la caída. 

Por otro lado, México fue a abrazar a sus hermanos, estaba preocupado por ellos, pero estos no eran realmente ellos, solo eran unos clones de humo, furioso, fue a atacar a Asmodeus, sin embargo había otro problema por resolver, Argentina había sido lanzado por los aires y no podría sobrevivir solo. Fue volando rápido hacia el Oni y logró agarrarlo antes de que toque el piso.

─ ¿estás bien? ─

preguntó el ángel, pero como respuesta recibió empujones y pataleos.

─ ¡Déjame, déjame! ¡Todo esto es tu culpa, Asmodeus me odia por tu culpa!─

México notó la tristeza, enojo y frustración en el contrario.

─ Cálmate, de todas formas iba a hacerlo... Creeme, leí su mente─

Lo dicho solo empeoró las cosas, Argentina ahora se convirtió en murciélago con intención de volver al castillo, pero sus alas estaban dañadas, y casi cae al piso por segunda vez, y nuevamente siendo salvado por México.

─ Déjame en paz, tú no entiendes nada, apuesto que nunca amaste a alguien como yo a Asmodeus. Y nunca lo harás─

El oni había cruzado sus brazos y desviaba su mirada al lado contrario del Mexicano.

─ Me alejaste de quién más amaba, así que déjame, antes de que empeores las cosas─

Agregó melancólico.

México intentó consolar al menor mientras empezaba a volar de manera lenta al lado contrario de dónde se encontraba en Pecado de la lujuria, sin embargo, este mismo apareció en frente del par de protagonistas, México se apresuró y dejó a Argentina bajo un Árbol.

─ Estás invadiendo mi territorio... Eso me enoja─

Mencionó Asmodeus, para luego esbozar una mueca seria, y algo molesta y transformarse.

Ahora su aspecto era más formidable; su masa muscular había aumentado, y un oscuro aura lo rodeaba junto a pequeños rayos.

México se apresuró a posicionarse para la pelea, y sin perder tiempo, Asmodeus fue el primero el atacar con una patada alta, la cual, obviamente el contrario esquivó y no temió en contraatacar.

─ ¡Me iré solo cuando liberes a mis hermanos!─

Gritó el ángel mientras tiraba una lanza de luz. Asmodeus esquivó esta.

─ ¡Tus hermanos escaparon, y cuando sean encontrados, les cortaré la cabeza como a tí!─

Respondió para conseguir ponerse detrás del contrario y rodear su cuello con el brazo, mientras con la otra mano, sostenía un cuchillo el cual apoyaba ligeramente en su abdomen.

México empezó a forcejear sin resultado, Asmodeus apretaba cada vez más su cuello. Argentina era espectador de esta escena. Estaba muy confundido, no quería que mate a ese ángel , sin embargo temía decepcionar aún más a su amo.

─ ¡Señor Asmodeus! ¿puedo darle una pequeña sugerencia? ─

Preguntó el pequeño oni con algo de inseguridad.

─ Si no vas a aportar nada útil, cállate─

El contrario sonrió algo animado.

─¿por qué no usas a México de carnada? ¡Que él busque a sus hermanos, y cuando los tres estén reunidos, matarlos de una vez!─

Asmodeus sonrió y empujó a México.

─¿Eres realmente tú, Argentina? Es una muy buena idea para tu pequeña cabecita─

La emoción había llenado el cuerpo de Argentina, quien se sentía emocionado por haber hecho que su amo no lo abandone.

─ Vayan a esa choza y descansen, mañana buscarán a esos parásitos, y no intenten escapar, tenemos el Tártaro aislado─

Explicó Asmodeus mientras abría un portal a una pequeña choza un poco alejada del pueblo del Tártaro. Los dos ingresaron por el portal.

─ Argentina, más te vale evitar que esto se salga se control─

Amenazó el pecado de la lujuria para luego cerrar el portal.

La pequeña cabaña, por un lado tenía la cocina- living, y por el otro una habitación con una cama de dos plazas.

Lovers Sin [Mexarg A.U] (cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora