Por qué luchamos

Capítulo 24 - Nada necesario para ser dicho

La habitación era pequeña y bastante oscura, a excepción de un gran tarro de cristal donde las llamas mágicas de las campanillas danzaban sobre una pequeña mesa justo al lado de un gran vaso transparente lleno de agua helada. La habitación estaba hecha de paredes de piedra muy lisas y una sola puerta de metal con un listón. Había tres hombres en este pequeño y estrecho cuarto en este momento. Uno estaba de pie en un rincón, con los brazos cruzados y una mirada del más puro odio en su rostro prematuramente arrugado. El segundo hombre caminaba de un lado a otro frente a la mesita mientras que el tercero estaba sentado atado a una silla de patas de huso, mirando el vaso de agua con avidez.

"Pareces sediento".

Sirius Black estaba mirando al hombre atado con años de rabia reprimida. El hombre no levantó la vista, pero mantuvo su enfoque en el vaso de agua. Sirius lo vio tratando de humedecer sus labios secos con la lengua.

"Apuesto a que te gustaría saciar tu sed. Quiero decir, hace bastante calor aquí, y no has tenido nada para..." Miró al hombre en la esquina y se encogió de hombros. "... Al menos un día."

El hombre no respondió, aunque Sirius pudo ver que comenzaba a temblar levemente.

"Puedes imaginar, estoy seguro, que tenemos bastante curiosidad sobre algunos eventos bastante importantes, Peter". Dijo Remus Lupin, furia desenfrenada hirviendo bajo la superficie del hombre normalmente calmado. Descruzó los brazos para meter los puños en los bolsillos de la túnica, sin dejar de mirar al hombre de la silla con disgusto.

"Le conté todo a Bones". Peter Pettigrew dijo con amargura, su voz apenas más alta que un susurro y muy rasposa. "No es como si tuviera otra opción en el asunto. Con todo el Veritaserum que me obligó a tragar, ahora sabes todo lo que sé. Pero como le dije, no te servirá de nada. Él lo sabe todo, y lo hará". cambiar todos sus planes. Siempre está dos pasos por delante de ustedes, y es por eso que va a ganar".

"Oh, malinterpretas a mi querido amigo Remus, Peter". Sirius escupió. "Mira, no estamos interesados ​​en eso. Estamos más interesados ​​en lo que sucedió en el pasado para ser honesto.

Específicamente en cuanto a lo que le sucedió a nuestro querido amigo Peter Pettigrew. El chico al que protegimos y apoyamos durante toda la escuela. Nuestro buen amigo, a quien cualquiera de nosotros habría dado la vida por proteger. Nuestro amigo... que al final nos traicionó a todos".

"¿Supongo que esperas que te pida perdón aquí?" Peter Pettigrew apenas levantó la vista, mirando a ambos hombres con odio. "Arrastrarme a tus pies. ¿Hmm? Olvídalo. Mi maestro me muestra el respeto que mis antiguos amigos nunca tuvieron".

La palabra sonó como si fuera ácido en la boca de Peter. Dejó escapar un largo resoplido mientras miraba el vaso de agua.

"Él me ha recompensado más que cualquier otro en su servicio. Yo, que lo busqué y cuidé de él cuando era más vulnerable. Yo, que sacrifiqué mi propia carne por él". Pettigrew continuó. "Él me ha dado mucho más de lo que ustedes alguna vez me dieron. Me ha dado poder".

"Lo siento." Sirius comenzó a reírse. "¿De verdad acabas de decir poder? Porque sé que fuiste golpeado por un chico de dieciséis años".

"Quien también se estaba recuperando de pelear contra Voldemort". agregó Remo. "No olvides que estaba herido en ese momento".

"Nunca podrías entender". Pettigrew se burló. "¿Y realmente vamos a intentar mantener esta farsa de que el chico no es más que un Auror debidamente entrenado? Yo estaba allí igual que tú cuando James nos habló de la Profecía.

"¡Y juraste con nosotros que siempre lo protegerías!" Remus gritó con rabia, sorprendiendo a Sirius mientras se lanzaba hacia delante golpeando la mesa con los puños. "¡Todos lo hicimos el día que nació!"