Jaune-san Chi No Maid Dragon. (Volumen 1)

La tranquilidad se termina

Luego de una larga noche, Tohru no durmió para asegurarse de que su compañero de aventuras no muera debido a envenenamiento por cola de dragón, exactamente la cola de la misma, cosa la cual le destruyó el estómago y la dragona hacia todo lo posible para reparar su error.

Ya en la mañana, Tohru tenía a Jaune recostado sobre su regazo descansando después de la dura noche que tuvo, especialmente por el dolor que el veneno de Tohru le hizo pasar, y aunque una persona normal estaría muerta del cansancio, Tohru era una dragona, y para ella y los de su especie no le era necesario tal acción humana, pues podían estar días sin descansar y seguir como si nada hubiese pasado.

Tohru en estos momentos estaba acariciando el cabello del rubio ya que le dió curiosidad hacerlo, incluso cuando el rubio se comenzaba a despertar la dragona siguió acariciando el cabello del rubio.

Jaune estaba abriendo sus ojos lentamente mirando el rostro de Tohru el cual era completamente iluminado por el radiante sol que los iluminaba a ambos en aquel momento.

–¿Estoy… en el cielo? –pregunto el rubio aún moribundo y fatigado por los efectos secundarios del veneno.

–No Jaune, ¿Por qué lo preguntas? –le recordó la dragona con curiosidad mientras seguía acariciando el cabello del rubio.

–Porque estoy viendo a un ángel –le respondió el rubio un tanto atontado haciendo que la dragona se sonroje ante el halago delirante del rubio –Un angel que se parece a… ¡¿Tohru?! –grito el rubio avergonzado.

Jaune se levantaría bruscamente, pero el dolor en su estómago hizo que el rubio se volviese a acostar en el regazo de la dragona quien siguió en su labor de consolar al rubio acariciando su cabello.

–Ah, lo siento Tohru, no estaba del todo despierto –se disculpo el rubio un tanto apenado por la situación.

–Tranquilo Jaune, de vez en cuando me dicen cumplidos así, pero nadie sono tan romántico como tú –le respondió la dragona con un ligero rubor en sus mejillas.

–Ah, es un cumplido que había preparado para una chica que me gustaba, pero ya como ya sabes mi historia, supongo que me odia más de lo que ya lo hacía –le comento el rubio con una ligera risa.

–Pero deben de haber personas que aún no te odien por lo que hiciste, ¿No lo crees? –le pregunto la dragona.

–Bueno, a decir verdad… –le comento el rubio comenzando a pensar –Si, creo que hay algunas, una de ellas es una chica llamada Ruby que no me juzgo, y otra es Blake, creo que a ella le dió lo mismo, o bueno, eso es lo que me dió a entender –le respondió el rubio.

–Uh, ¿Acaso sabes de alguien más que no te odie? –le volvió a preguntar la dragona.

–No, o al menos eso entiendo ya que no quería que me vieran en la posición en la que caí –le respondió el rubio a su compañera dragona.

–Bueno, ¿Crees poder caminar por tu propia cuenta? –le pregunto la dragona.

–Tal vez, deja que lo intente –le contesto el rubio.

Acto seguido, el rubio intenta levantarse, cosa que consigue con algo de dificultad.

–Bueno, en todo caso sigamos con nuestro trabajo –dijo la dragona levantándose igualmente mientras que el rubio tomaba su arma.

Luego de aquello, el dúo sale de la pequeña cueva para aventurarse una vez más en encontrar a Shouta.

Después un rato de seguir caminando, el dúo llegaría casualmente al punto en dónde Tohru había aniquilado a toda la horda grimm que se dirigía hacia el poblado, todo parecía que  iba a ser una búsqueda un tanto más tranquila, pero la dragona se tiene repentinamente.

–¿Pasa algo? –le pregunto el rubio a su compañera.

Tohru no le respondería eso y tomaría al rubio del brazo para sacar sus alas y elevar a ambos hacia un par de metros del suelo, cosa la cual el rubio no entiende al principio hasta que ve lo que había adelante, y para su sorpresa, frente de ellos estaba una nueva manada de grimms que se estaba dirigiendo a toda velocidad hacia el poblado.

–¿P-pero como?, Liquidaste a todos los grimms ayer –se cuestiono Jaune completamente incrédulo del que estaba viendo

–No estoy segura, pero no les servirá de nada, los liquidare cuántas veces quiera –le contesto la dragona con una mirada determinada mientras generaba una espera de energía en su mano izquierda.

–Tohru, espera, si hay más grimms entonces debe de haber un lugar en donde se estén generando –le detuvo Jaune haciendo que la mencionada ponga una mueca de confusión total –Me tope con esa información cuando me mandaban trabajo extra –le explico el rubio.

–Entonces, ¿Sugieres acabar con el problema desde la raíz? –le pregunto Tohru.

–Si, y por suerte podremos encontrar a Shouta en el proceso –le confirmo el rubio.

–Me encanta la idea –exclamo Tohru con completo entusiasmo.

Una vez que Tohru accedió al plan del rubio, la dragona comenzó a utilizar su olfato para poder localizar el rastro de los grimms, consiguiendo su propósito, por lo que comienza a volar a una velocidad considerable para que su compañero no salga volando.

Tras un par de minutos, ambos finalmente llegarían hacia lo que parecía ser una cueva, pero no era una cueva cualquiera, si no que aquella cueva era demasiado grande, fácilmente un dragón del tamaño de Tohru podría caber perfectamente en ella, o incluso una manada gigantesca de grimms que podrían entrar y salir perfectamente.

–Bueno, tal parece que encontramos en nido de los grimms –le comento el rubio a su compañera.

–No solo eso, detecto un aroma humano allí adentro –le informo Tohru.

–¡Ese debe de ser Shouta! –exclamo Jaune.

–Adentremonos en todo caso –dijo la dragona aterrizando en el suelo y comenzando a correr junto con rubio hacia los adentro de la cueva.

Ambos aprovecharon al máximo de que los grimms estaban distraídos con otra cosa para poder adentrarse cada vez más en la cueva, y para sorpresa de ambos, la cueva parecía no terminar, pues cada vez que se adentraban más y más parecía que la cueva era todavía más grande junto con el interior de la cueva que parecía ser aún más siniestro.

Ambos siguieron su camino hasta que llegaron a lo que parecía ser el final de la cueva, sorprendiendose ante lo que descubrieron en aquel lugar.

CONTINUARÁ…