Capítulo 2

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Luego de que la reina madre estuviera presionando por el retorno del rey al palacio, Yujin por fin había decidido partir luego de dos días de luto por su hermano. La caravana era pequeña, pero era todo y más de lo que cualquier persona no-noble podría necesitar. 

Andaba en su caballo, halado por el sirviente frente a ella, pensando en todo lo que había aprendido de su hermano hasta ahora, lo cual no era mucho, pues era extremadamente difícil hacerlo con su hermano enfermo. Su caminar, su actuar, su postura al andar, el cabalgar; todo lo había practicado con ayuda de la dama Hye y el eunuco Kang.

El cuerpo de su hermano se había quedado enterrado en el palacio de caza al lado de la tumba de su madre, que fue sepultada allí mismo. La lápida de Yunji no llevaba nombre, nadie podía saber que estaba ahí y mucho menos que el rey ya había muerto. Yujin, al igual que la gente de confianza de su hermano, debía de guardar ese secreto en lo más profundo de su ser.

Ella estaba preocupada, sería la primera vez que iría al palacio real y a la capital. Ahora, asistiría como la ocupante del puesto de su hermano, vería a la abuela que jamás había visto, enfrentaría dos docenas de hombres del consejo y se haría cargo de la gente del pueblo; de toda una nación. Yujin no se había dado cuenta de la magnitud del puesto que debía usurpar, no estaba preparada personal, mental ni académicamente para asumir el reinado. Fue entonces que recordó que lo intentaría por Yunji, el hermano que no hace mucho había recuperado.

Casi medio día más de viaje, le fue indicado a Yujin que estaban acercándose a la capital, podía notarlo al ver el cambio de los senderos y unas cuantas casas aproximándose ante sus ojos. Esto era la cuidad que alberga al palacio. Casitas de los plebeyos en la frontera. Muchas de ellas se parecían a aquella en la que había vivido desde siempre. En seguida, se miraban las casas y puestos de comerciantes de todo tipo, desde hierbas y sedas costosas hasta libros y accesorios para entretenerse, cuidarse y verse bien. No muy lejos de allí, lograban verse las extensiones de terreno que ocupan las casas de la nobleza; nunca había visto unas así de grandes.

Cómo si se hubiera tratado de un parpadeo junto con sus acompañantes, se encontró en la entrada del palacio que era resguardada por unos cuantos guardias que la dejarían entrar sin demora. La explanada era inmensa, quizá equivalente al tamaño de su pueblo o más. Allí dejó su caballo, notando que los sirvientes del palacio que lo esperaban con una silla tradicional sedan para llevar "al rey" hasta sus aposentos luego del tan extenuante viaje. Agradecida de que la dejasen descansar, obtuvo un sueño reparador luego de tanto esfuerzo, pues el día siguiente debía afrontar la nueva realidad y empezar su primer día de labores como si de verdad fuera su hermano el rey difunto.

A la mañana siguiente, la dama Hye Kyo fue a levantarla, aún no amanecía del todo. La señora Kyo ya tenía preparado todo lo necesario para el aseo de su majestad. Yujin renegaba, no quería despertar.

—Tiene que ir a saludar a la reina madre, majestad —le decía.

—No quiero —responde con tono infantil.

—Si no va, la reina madre podría venir hasta aquí y no sería nada beneficioso para usted. Ya de por sí tenía problemas con su alteza.

—Está bien —Yujin se levanta con dificultad.  Se acercó a la tina con agua y comenzó a refrescarse. De inmediato, la dama Kyo la ayudó a peinarse, después, le colocaron la ropa real de su hermano por segunda vez; qué pesada era. Le seguía sorprendiendo el gran parecido con Yunji, aunque quizás él era un par de centímetros más alto que ella, pero apenas podía notarse la diferencia si uno se fijaba bien. Por suerte, el ornamento sobre su cabeza lograba disimularlo con éxito.

De pronto, el eunuco Kang entró para avisar que debían de salir, ya que la reina estaba esperando su llegada. Salieron de ahí para no llegar tarde.

—Su majestad, el rey Yunji, está aquí —anuncian al tiempo que Yujin entra a la sala de la abuela reina madre.

La Última Voluntad del Rey (Annyeongz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora