Capítulo 34

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listas?

...

—¿Ha sido la reina madre? —Yujin repite su pregunta.

—No ha sido ella —responde el hombre. Hubo más dudas dentro de ella. 

—¿Entonces quién...

De pronto llovió una flecha de alguna parte trasera, misma que asesinaría al único hombre vivo del que podían obtener información. Los guardias que los acompañaban fueron en busca del tirados mientras que Yujin y Jungwon se quedaron ahí. 

—¿Qué fue eso, hermana? Crees que la reina madre...

—No lo creo, Won. Ni siquiera el consejero Jang es tan listo. Nadie pudo haber previsto que sacaríamos a la reina por este camino. La reina madre no tuvo tiempo de conseguir hombres para ir detrás de nosotros. 

—¿Qué quieres decir, Jin?

—Que no sólo el consejero real me está casando, sino que hay una persona más. Y por eso mismo debo volver.

La mayor volvió a subir en su caballo al igual que su hermano. Ambos regresarían al palacio a como dé lugar. Estaban a nada de llegar, pero siguiendo el plan, cada quien se fue por su lado. Jungwon iría en búsqueda de la joven dama Lee Hyunseo. 

Al reingresar al palacio, Yujin ya lo esperaba. Decenas de hombres ya le esperaban. La diferencia de guerreros era mucha. Estaba dispuesta a cruzar, pero el resto se lo impedía. Tenía que luchar si quería llegar al fondo de todo. El consejero tampoco podía salirse con la suya. Peleó contra muchos hombres, pero a ninguno lo mataba, sólo los dejaba en el suelo inconscientes. Tenía que reclamar su puesto, su lugar, el trono. 

Más espadas, más cortes y un poco de sangre. Yujin estaba sola, ya no tenía a nadie más que le cuidara la espalda; sus guardias habían caído. Su espadachín no estaba y Jungwon estaba a salvo. Yujin estaba acorralada. En ese instante el consejero de izquierda hizo su aparición junto con otros miembros del consejo. 

—Sería mejor que deje de luchar, majestad —dice uno de ellos. 

—Todos ustedes están cometiendo traición —les grita Yujin—. Traición a la corona y a este reino. 

—Debe disculparnos por la metodología que estamos aplicando, sin embargo, también nosotros queremos que nos aclare nuestras dudas sobre lo que dicen los volantines que están esparcidos en todo el reino. Al salir del palacio, usted nos hizo creer que dichos rumores son reales. Entonces, ¿es cierto? ¿Es usted una mujer?

Yujin estaba decidida a mantenerse firme y negarlo, así que lo hizo. Ninguno de los hombres presentes estaba convencido. Fue entonces que la reina madre hizo acto de presencia. Todos inclinaron la cabeza. 

—¿Qué creen que le están haciendo al rey? —los asistentes se pusieron tensos y firmes—. ¿Creen que por haber visto unos pliegos con chismes sobre los muros ya quieren decir que son verdad? Están traicionando a este reino y a mí también. Podría ejecutarlos a todos, aquí mismo si me lo propongo. 

—Debe perdonarme, majestad, por entrometerme —el consejero de izquierda pasó al frente—. Pero debe saber que no hemos hecho nada fuera de nuestros derechos de querer conocer la verdad. Hay rumores, y nosotros solo queremos que el rey nos resuelva la duda que ha crecido al creer que huyó para evadir al consejo y un juicio. 

—Consejero, Jang —se acercó a él la anciana; seria, enojada y con las manos entrelazadas debajo de las mangas—. ¿Usted cree que el rey se dispuso a huir? ¿Acaso no lo está viendo? ¿A caso es usted ciego? Porque claramente yo puedo ver al rey detrás de mí, todo herido gracias a sus hombres, que claro serán castigados. 

La Última Voluntad del Rey (Annyeongz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora