Capítulo 13

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...

—Muy buenos días —saluda el rey sentado frente a una mesita, desayunando. Mun pronto, la reina se sorprendería de que amaneció en la habitación de él—. Debió estar muy cansada, majestad —comenta mientras tiene las mejillas llenas de comida. 

—Un poco, últimamente mis días son así —ella se levanta con dificultad. 

Yujin se preocupó. 

—Discúlpeme, seguro que es porque la he desvelado las últimas noches. 

—No se preocupe demasiado —responde la reina para apaciguar al rey—. Le aseguro que estoy bien. 

Yujin pensó. 

—Es domingo. ¿No desearía tener un día de descanso? ¿Qué tal si caminamos un poco por los jardines? Quisiera compensarla—ofrece. 

—Acepto —Wonyoung sonríe después de haberlo dudado un poco. 

—Venga reina Won, vamos a desayunar antes de irnos—invita el rey con una sonrisa tan resplandeciente que dejaba entrever sus hoyuelos, detalle que comenzaba a maravillar a la reina. 

Ambas terminaron de comer. Al poco rato, Yujin salió de la habitación para que la reina tuviera oportunidad de asearse con más intimidad, ya que ella ya estaba completamente bien vestida. La reina le agradeció ese buen gesto y, de hecho, se emocionó un poco más cuando vio que el rey le estaba esperando de pie afuera.  

—Espero no haber tardado demasiado. 

—Para nada —responde Yujin, al comprender lo difícil que debe ser vestir a la reina, recibiéndole con una sonrisa. 

Mientras caminaban, platicaban sobre situaciones que suelen encontrarse en el reino y la ayuda que podrían brindarles. Ya era gran avance tener un tema de conversación en común, muy contrario a como era antes en el que no había ninguna oportunidad de acercarse a la reina, tal parecía que poco a poco ella iba bajando la guardia y eso le agradaba. Además, para reconocer ese pequeño acercamiento que tenían, en su última visita al mercado Yujin vio un pasador de hermosa joyería, considerando regalárselo a la reina Wonyoung.

—Reina Won —el rey detuvo su caminata. La reina, quien le aventajó unos pasos, regresó a él. 

—¿Qué pasa, majestad? 

—Yo... —Yujin carraspeó, se sentía nerviosa, pero tenía que hacerlo porque era un regalo que le daría a su nueva compañera y amiga. Tomó valor—, tengo un obsequio para usted. —De su ropaje sacó una cajita larga envuelta en un moño y se la entregó a la reina. 

Wonyoung miró la caja con detenimiento, jamás había recibido un suvenir o cualquier cosa proveniente del rey. En realidad, no esperaba nada de él y eso le sorprendió. El rey la miraba esperando que abriese la caja. Lo hizo. Dentro, encontró una preciosa horquilla de plata y varias joyas incrustadas en su mango; la figura de este también era singular y bonito. 

—¿Le gusta? —pregunta él sonriente—. Me dijeron que era el mejor pasador de todo el reino.

La reina Wonyoung lo miró con cuidado mientras sentía un cosquilleo en su abdomen. 

—Se lo agradezco, majestad. Es bellísimo —dijo sin mucha expresión en sus palabras, dejando a Yujin con la duda de si le había gustado o no. 

Anduvieron en silencio un rato más hasta que Yujin le dijo a la reina que tenía que ir a ver a los arquitectos y los agrónomos que se encargarían de la tarea de crear los estanques artificiales. Se fue. Por otro lado, Wonyoung se quedó caminando en los alrededores para prestarle atención a las sensaciones que estaba sintiendo dentro de sí y que eran extrañas para ella. 

La Última Voluntad del Rey (Annyeongz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora