Cuenta la leyenda, que el Sol y la Luna se enamoraron hace siglos, un amor puro pero imposible, cada que el Sol salía la Luna se escondía, siendo así que en la bondad de Eywa les permitió verse de frente por segundos ocasionando el eclipse. Pero ell...
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-¿Que tal este?- Rhaena le mostró una de las pierdas que habían encontrado en el mar, estaban frente a la gran fogata que había hecho mientras todos bailaban y cantaban
-Es lindo, pero este es mucho mejor- Neteyam señaló desconcertado una de las piedras, Rhaena al notar eso lo miro
-¿Que sucede?
-Nada...
-Te conozco Net
-Es solo que... me gusta cuando el fuego se refleja en tus ojos, tienen un brillo especial cuando lo miras
-Eso... es hermoso pero muy cursi Neteyam
-No me juzgues, solo aprecio el panorama que tengo cuando te veo, eres hermosa Rhaena, no tuve la oportunidad de decírtelo antes, no importa que uses, sigues siendo hermosa, tan hermosa como el amanecer ardiente, tú eres mi sol
Rhaena lo miro con una sonrisa, reconocía que Neteyam se esforzaba en enmendar sus errores, y el proceso la hacía volver a enamorarse de él
-Ven, acompáñame- Rhaena se levantó tomando una pequeña canasta con peces dentro
-¿A donde iremos?
-A alimentar a mis dragones
-Oh... yo... no lo sé Rhae
-Si no quieres podría decirle a Ao'nung
-Bien, solo bromeaba claro que iré contigo
Ambos caminaron por la arena, aún podían escuchar la música y las risas alegres del clan, caminaban en silencio, un silencio que les parecía cómodo a ambos, gracias a el color de la piel de Nymeria los pudieron encontrar
-Hey, se que no es carne pero no los dejare morir de hambre- Rhaena tomó uno de los peces y lo lanzó al aire, siendo atrapado por Nymeria- Ahora inténtalo tu
Neteyam tomó uno de los peces con cuidado, dudando a cual de los dragones restantes lanzárselo, Diagon lo miraba con intensidad, mientras Tessarion solo esperaba su comida
Terminó lanzándolo de la misma manera en la que la humana lo había hecho, Tessarion logró atraparlo antes que su hermano, disfrutando de su cena
-Ten, tienes que ser más rápido la próxima vez Diagon- Rhaena extendió el pescado al hocico del dragón negro, dejando que lo disfrutara antes de comenzar a escalar sobre su ala
