𝐗𝐗𝐈

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-¿Así que te volviste algún tipo de maestra?- Pregunto Lo'Ak mientras todos comían, Rhaena se había encargado de ponerlos al día a todos en la cena

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-¿Así que te volviste algún tipo de maestra?- Pregunto Lo'Ak mientras todos comían, Rhaena se había encargado de ponerlos al día a todos en la cena

-No muchos quieren ayudar a Mo'At cuando lleva a los niños al árbol de las almas, así que me ofrecí para hacerlo y me adoran más que a ti- Rhaena se burlo un poco, ella sabía que Lo'ak nunca se molestaría por aquello ya que era común hacerse bromas entre ellos

-Mi hija es toda una aprendiz, mi madre debe de estar orgullosa de eso- Neytiri acarició el cabello de Rhaena, la humana tenía que admitir que Mo'At había cambiado repentinamente su actitud con ella desde la ultima vez que la Tsahik habló con su nieta Kiri

-¿Vas a contarme una historia?- Tuk le pregunto a Rhaena mientras se acomodaba para dormir, había extrañado que Rhaena le cantara o le contara historias para dormir

-¿Que tipo de historia quieres escuchar?

-Dragones, Michael decía que tú eras un dragón por tu nombre

-Dragones... muy bien, pero promete que te dormirás temprano

-Lo prometo

-Habia una vez, en una tierra muy lejana, una chica solitaria en el mundo, obligada a casarse con alguien que no conocía, volviéndola la princesa de ese pueblo, en su noche de bodas un hombre le regaló algo particular, ¿puedes adivinar que fue?

-¿Dragones?

-Casi, huevos de dragón, los dragones se habían extinguido hace siglos y esos huevos los consideraban rocas, nada viviente había dentro para las personas, pero la chica tenía sangre de dragón, después de esa noche ella se encargó de ponerlos en el fuego todos los días a todas horas, sin perder la esperanza de que algún día aquellos huevos colisionaran

Rhaena se detuvo un momento cuando Neteyam se acercó en silencio y con una sonrisa, listo para escuchar también aquella historia que parecía maravillarle a su hermana menor

-Por favor sigue, quiero escucharte

Neteyam se sentó a su lado poniendo una de sus manos en su muslo, poniéndola nerviosa aunque por la presencia de Tuk ella lo disimuló

-Al pasar el tiempo ella se enamoró de quien odiaba al principio...- murmuró mirando a Neteyam, intentado que él captara la indirecta- pero una enfermedad golpeó a su esposo y este murio

-Ese es un triste final Rhae- Tuk murmuro triste por lo que ella creía el final de el cuento

-Ese no es el final pequeña, el día que enterró a su esposo, gracias a sus tradiciones quemaron su cuerpo y la princesa ordenó que quemaran con su cuerpo aquellos huevos que le recordaban a su gran amor, pero un último vistazo de esperanza la lleno, camino entre las llamas y su pueblo temió por la princesa, pensando que la iban a perder a ella también

Neteyam acariciaba su muslo y pasó a tranquilizarla por un momento, acomodándose a su lado recargando su brazo en el del Omaticaya

-Cuando las llamas se apagaron, dentro de todas las cenizas se encontraba la princesa, sin alguna herida en su cuerpo, estaba viva y con ella levantándose a su pueblo, las personas pudieron ver a tres dragones posados en sus hombros, dentro de las llamas habían nacido tres dragones, su sangre era mágica, como la de la princesa, la princesa nombró a los tres dragones como las tres personas que más amo en su vida, y así la princesa conquistó el reino que estaba destinado a ser para ella

𝐓𝐡𝐨𝐬𝐞 𝐄𝐲𝐞𝐬 || 𝘕𝘦𝘵𝘦𝘺𝘢𝘮 𝘚𝘶𝘭𝘭𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora