Las familias Osorio y Bondoni son amigos desde hace muchos años, sus hijos han crecido juntos y son mejores amigos.
Emilio es el típico hombre mujeriego que sólo busca placer sin compromiso alguno con ninguna chica y las que se hacen llamar sus nov...
Joaquín había estado muy nervioso desde que llegó de clases, no paraba de pensar en Emilio y en lo que iba a pasar, por una parte sentía felicidad, pero por otra se sentía demasiado asustado. Él sabía que el haber aceptado lograría que los sentimientos por Emilio se hicieran más fuertes y aunque trataba de evitarlo, no pudo resistirse, él mismo se había condenado, pero no le importaba absolutamente nada con tal de estar con el hombre que amaba.
Una vez llegó a su casa sólo descansó un poco y pensaba en cómo sería ese momento, cenó y se preparó para ver a Emilio y mientras más se acercaba la hora, más nervios sentía.
A eso de las 6:30 bajó a la sala de estar a buscar sus llaves y se sorprendió al ver su hermana ahí, pensó que estaría reunida en su habitación.
- Chicas denme un momento, ahora vuelvo.
Ren al verlo decidió acercarse porque aunque estaba molesta y dolida por cómo la trató, se preocupa por su hermano.
- ¿A dónde vas?
- Creí que estabas molesta.
Ren suspiró y dirigió su mirada al suelo.
- Lo siento Ren, me enojé mucho porque siento que no me apoyas en ésto, sólo siento que me juzgas y me duele que lo hagas.
- En ningún momento quiero juzgarte, sólo quiero que abras los ojos Joaco, mereces más que eso y por lo de estar molesta, pues sí, lo estoy, pero me importa más saber que estarás bien Joaquín, eres mi hermano y te amo demasiado, no quiero verte sufrir otra vez y sé que ésto no vá a resultar bien, porque no confías en lo que te digo.
- El problema es que yo sé que ésto no vá a resultar nada bien, pero aún así quiero hacerlo.
Ren suspiró mirando a su hermano con lágrimas en los ojos.
- Jamás sabré si realmente valía la pena si ni siquiera lo intento, ó algo parecido.
Su hermana le dió una sonrisa bastante débil, esas fueron las palabras que ella usó cuándo habló con Joaquín y le dolió que no haya entendido muy bien el mensaje.
- Al menos prométeme que vas a protegerte.
- Te lo prometo.
- Hazlo.
Ren subió las escaleras camino a su habitación con los ojos llenos de lágrimas y Joaquín decidió salir de la casa, si se quedaba un minuto más ahí sabía que cambiaría de opinión y muy dentro de su ser, él quería ésto.
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Mientras iba conduciendo continuaba pensando en lo que pasaría, hasta que su celular lo sacó del trance que tenía.
- Hola Sian.
- Hey Joaquín, ¿Cómo estás? ¿está todo bien? hace días que no sé nada de tí .
