Chaper Sixteen/capítulo diez y seis.

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      Se escuchaban rasguños en la puerta de madera, alguien parecía estar afilando sus garras como un gato en la puerta de entrada de tal cueva que le pertenecía a nuestro querido dinosaurio naranja, quejidos, gruñidos se escucharon, pero al parecer, nadie y nada quería hacer algo al respecto. Candy se esforzaba por abrir tal puerta ¿Qué clase de magia negra había echo su gran amigo al no poder destruir ese pedazo de madera? No lo sabían, pero sus brazos le dolían de tantos empujones y demás. Se deslizaron por la puerta, juntando sus piernas y dejándolas pegadas a sus pechos, antes de dejar caer sus cabezas por un costado, dejaron salir un leve suspiro.
— ¿Mint? ¿Berry? —hablo una voz ronca e robótica, tan pronto ambas lo escucharon se pusieron en defensa—, soy yo. . .Purple.
     Ambas se tranquilizaron al escuchar eso,  volviendo a la misma posición de antes, el mutante púrpura al ver esa acción decido copiarla, aunque lo único que hizo fue sentarse en chinito y mirar hacía la nada misma.
— ¿Qué pasó? —hablo por fin, manteniendo su mirada hacia el frente.
     Candy escucho tal pregunta, tan pronto la escucharon y no pudieron evitar soltar unos chillidos agudos y tristes parecidos a los de un perro, dejando que sus caras retornen un gesto de tristeza, frustración y preocupación.
— ¡No, no, no, no, no! No llores. . . —hablo mientras enredaba sus brazos en la espalda de Berry y Mint—, no es necesario dejar que ese sentimiento siga lastimando.
     Mint y Berry recostaron sus cabezas en los hombros del de cabeza cuadrada, ignorando el hecho de que el contrario ya tenía piernas, que podían alargarse de la misma forma que sus manos.
     Por otro lado, el científico con cuyo nombre Red, se encontraba mirando el diario, ese pedazo de libro llena de información trataba tan solo sobre las personas desaparecidas por su culpa, era increíble, él ni siquiera, nunca, sentía la culpa por esos tan horribles e espantosos, perturbadores actos. Un chillido fuerte le llamo su atención, sus cámaras no solo lo grababan lo que pasaba, si no que también grababan el sonido, como si fuera un audio, desvió su mirada, mirando hacia su pared llena de televisores, tan pronto vio a Purple abrazando a Candy mientras ellas lloraban con desesperación, sus pupilas de achicaron, dando un aspecto de terror a su rostro, azotó el diario contra la mesa, haciendo temblar a tal objeto, mientras hacia la misma acción con su taza, en al que antes había un líquido marrón llamado café. Se levanto con rapidez mientras que su silla chillaba al ser arrastrada con brusquedad para atrás, ya levantado automáticamente salido de su oficina, siendo lo último que se escucharon un fuerte portazo que obviamente fue grabado por las cámaras.
— Aléjate de esa puerta —ordeno Red—, ahora.
— Red. . .
—Hazlo ahora.
     Purple no quería problemas y menos de su pareja después de que terminara mal de un ojo, incluso no pudo evitar sorprenderse al ver qué tal persona tenga un parche en el ojo izquierdo. El mutante púrpura se levanto mientras que con sus manos sostenía a Mint y Berry, quien empezaba a chillar con agresividad mientras veía como el científico pasaba tal puerta.
— Levántate. . . —al no recibir ninguna respuesta o, mejor dicho, una acción paso a desabrocharse su cinturón, acto ya echo azoto unas de las paredes de piedras con tal objeto— ¡LEVÁNTATE MIERDA!
     Los ojos de Orange se abrieron con fuerza e rapidez, mirando a Red, tan pronto como el de escamas naranjas vio al contrario empezó a cerrar y abrir su mandíbula, adelgazando más sus ojos, que ahora parecían simple rayas negras que no le sacan la vista del científico.
— Ya veo. . .Me dejaste ciego de un ojo y ahora te crees superior a tu propio creador ¿No es así?
      Lo único que hizo nuestro desafortunado dinosaurio fue gritar, demostrando que él era un puro dinosaurio, con tales costumbres de dejar un majestuoso rugido que alga temblar la habitación en la que él este. Red al ver esto y escuchar tal rugido tomo eso colo un sí, desafiando su ser ¿Quién se creía ese pedazo de lagartija? ¿Acaso Orange no entendía que sería una simple rata al lado de él?. Las garras de Orange parecían más filosas que nunca mientras que su cara parecía igual a la de un caníbal mal de la cabeza, puso sus cuatro patas en el suelo y con la fuerza de sus piernas y brazos se abalanzó a su amo, dejando salir otro rugido, como el de un lobo al encontrarse con una presa digna.
— Veo que tendré que recordarte un pequeño detalle. . .
      Frase dicha Red con tal cinturón le dio una cachetada en el hocico al de escamas naranjas, dejando que el dinosaurio cerrara sus ojos por el impacto inesperado, rápidamente nuestro científico se movió a un lado, siendo salvado de no terminar debajo de Orange, quien ahora estaba tirado en el suelo algo inconsciente, el de piel roja al ver esto puso su cinturón en el cuello del dinosaurio, ajustando su cuello con este lo máximo posible, provocándole náuseas y que el más bajo terminará quedando sin aire en sus pulmones, obviamente Orange ya se había dado cuenta de su atadura y no dudo ni dos veces en intentar deshacerse de ese cinturón, lamentablemente no pudo haber sido más fácil para él, el científico con esa correa arrastró al pobre dinosaurio hacia la puerta para después atar su cinturón en el picaporte, fue a buscar una piedra filosa mientras escuchaba los quejidos del de escamas al ser ahorcado con cada empujón que daba hacia adelante. El de bata blanca no tardó en encontrar una piedra, tan pronto vio una y la agarró con rapidez, corrió hacía el dinosaurio a tal punto de abalanzarse al más bajo, de forma parecida a como lo había echo tal creación suya. Se sentó en el piso, cerca de la cara del contrario, con unas de sus manos abrió la boca del dinosaurio y con la otra empezó a destruir los colmillos del de escamas, Orange apenas sintió el primer golpe y intento con sus manos rasguñar o golpear a su amo pero eso no fue posible, cada movimiento que daba le dolía ¿Por qué? Porque el cinturón que tenía en su cuello lo ahorcaba con cada movimiento que el daba. . .

Dramatic Rainbow Friends! 𝑽𝒆𝒓𝒚.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora