Capitulo 2

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Harry entró en la sala donde ____ y Bentley estaban junto a la jaula de recuperación de Bailey. Ya no parecía nada batallador y su preocupación por el viejo perro resultó evidente cuando se arrodilló junto a la jaula y tocó la cabeza del animal inconsciente.

—¿Vivirá? —preguntó, sin alzar la cabeza.

—Lo sabremos por la mañana —dijo Bentley, seco—. La operación fue muy bien y no encontré nada que tenga por qué complicar su recuperación. Para la edad que tiene, está en muy buena forma.

—Gracias —dijo Harry al veterinario.

—Dáselas a ____ —fue la cortante respuesta—. Ignoró tu sugerencia de dejar al animal solo hasta mañana. A esa hora —añadió veterinario con ojos fieros—, lo habrías encontrado muerto.

—Pensé que buscaba atención —los ojos de Harry también destellaron—. Como ____ —añadió con sarcasmo.

—¿En serio piensas que ____ necesita suplicar la atención de un hombre? — preguntó Bentley, enarcando las cejas con incredulidad.

—Su vida social no es asunto mío —Harry se puso rígido—. Te agradezco que hayas salvado a Bailey.

—Veremos cuánto éxito he tenido por la mañana —repuso Bentley—. ____, ¿puedes traerme mi bolsa de instrumental, por favor?

—Sí, señor —ella salió de la habitación, agradeciendo la excusa para alejarse de Harry.

—Él y yo hemos pasado muchos trances juntos —dijo Harry, mirando la jaula —. Si hubiera sabido lo peligroso de su estado, nunca lo habría dejado solo —miró a Bentley—. No sabía que los perros podían sufrir torsiones estomacales.

—Ahora lo sabes. La mayoría de los perros de gran tamaño pueden padecerlas.

—¿A qué se deben?

—No se sabe —Bentley movió la cabeza—. Hay media docena de teorías, pero nada concreto.

—¿Qué le has hecho exactamente?

—Corté el tejido muerto y cosí el estómago a la espina dorsal —contestó Bentley

—. Le prescribiré una dieta especial. Durante un par de días sólo tomará líquidos.

—¿Me avisarás?

—Por supuesto —dijo Bentley, reconociendo la preocupación en los ojos oscuros.

Harry se volvió hacia Winnie con mirada acusadora. Ella hizo una mueca.

—Escucha, ____ sabe lo que hace, creas tú lo que creas —empezó con tono defensivo—. Estuve de acuerdo con ella y asumo toda la responsabilidad por haber traído a Bailey.

—No me estoy quejando —su expresión adusta se aligeró. Se inclinó y le dio un beso a Winnie en la frente—. Gracias.

—Yo también quiero al viejo Bailey —sonrió ella, aliviada al comprobar que no estaba enfadado.

____ regresó con la bolsa de instrumental y se la dio a Bentley, junto con su impermeable.

—Odio los impermeables —empezó él, molesto. Ella se limitó a ofrecérselo. Él hizo una mueca, pero se lo puso—. Te preocupas demasiado.

—Tuviste neumonía después de tu última salida una noche fría y lluviosa —le recordó ella.

Él se dio la vuelta y le sonrió. Más bien, alzó levemente una esquina de la boca.

Un Hombre Sin PiedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora