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— ¿Es bonito?—. preguntó la mujer, haciendo surcos por el pecho trabajado del príncipe.
— ¿Qué?
— La gente dice que... su juventud y belleza recuerdan a la reina difunta Aemma ¿Es verdad?—Alys miró con expectativa al príncipe, esperando su más honesta opinión.
— No conocí a esa reina-. Contestó sin dar mas explicaciones.
— Pero si al príncipe Lucerys... ¿Es bonito? —. La mujer a su lado giro el cuerpo, con la vista en el ventanal de la habitación, ignorando al príncipe quién la observaba intrigado. El rubio simplemente optó por alzar los hombros, como si no le tomase importancia.
— No lo he visto en años.
— Bonito queda corto entonces—. Comentó la mujer finalmente saliendo de la cama. Amond la miró vestirse con confusión.
— ¿Qué?
— Evitar la respuesta, es la respuesta en si misma.
— Tonterías... sabes que tu belleza es la única valida para mí.
— ¿El que te gusta de mí?¿Mi cabello?¿Mi piel?¿Mi reputación? Mi noble cuna quizá... ¡Mis bienes seguro!
— Tu madurez—. Contestó Amond y Alys giró su mirada al hombre aún en la cama, ésta, como un felino observó cada uno de los movimientos del rubio con cuidado, su respirar lento y seguro le mostraban que el rubio decía la verdad, pero ese ojo que miraba perdidamente al otro lado de la habitación le hacían dudar.
— Deberíamos dejar de vernos—. Aconsejó la mujer con voz firme.
— ¿Qué? —. Preguntó el alfa con voz más perturbada.
— Te casarás... en seis horas.
— Aun podemos huir, Vaghar...
— No me subiré a esa bestia y tú... te casarás—. Aseguró, sabiendo que Amond le haría caso, era mejor así, menos... complicaciones.
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Como nacen los Dragones (LUCEMOND/OMEGAVERSE)
FanfictionEn su camino al altar Lucerys había pensado en todas las posibles muertes que Aemond le daría en la noche de bodas. Todos esos años había tratado de tranquilizarse, su madre también lo había intentado, pero todo se reducía al miedo que ahora sentía...