-Ester-
Seguimos en ese lugar todavía una hora más, mis amigos ya estaban muy borrachos, la única intacta era Janna. De ahí en fuera tanto Marco como Victor habían estado coqueteando con unas chicas pero los 4 terminaron dormidos en uno de los sillones grandes.
Yo no dejaba de pensar en ese chico que me había encontrado, más bien señor. Se veía de unos 32 años aproximadamente. Era atractivo, mucho. O no estoy segura si era mí borrachera pero yo lo veía muy bien. Estaba perdida en mis pensamientos hasta que Janna habló.
-¿Qué pasa? ¿Igual ya estás alucinando?- Se empezó a reír.
-No, es sólo que me quedé pensando en el señor que se me quedó viendo mientras estábamos en la pista de baile.
-Le gustaste al rancherito amiga, te hubieras lanzado. No estaba de malos bigotes, sí le doy el visto bueno.
-No estaba segura, sólo estaba disfrutando las miradas. Mas a parte apenas voy empezando en este proceso de ser una chica rebelde. Esto es poco a poco, tía.
-Pero tienes que ir empezando, no se te puede escapar otro.
-Sí tu lo dices- Rodee los ojos -Mejor ya vámonos, ya estoy exhausta. Deja pido la cuenta- Hice una señal con la mano para pedir la cuenta y el mesero en seguida se acercó a nosotras.
-Disculpe señorita, pero su cuenta ya está pagada.
Tanto Janna como yo abrimos los ojos y la boca con sorpresa, nos empezamos a reír por los gestos y la situación.
-¿Cómo así?- Preguntó Janna al mesero -¿Quién fue el caballero que se tomó la gran molestia?
-Uno de los dueños, señorita.
-¿Y quién es el famoso dueño?- Pregunté al mesero. Estaba confundida, nadie se nos había acercado en forma de coqueteo a ese nivel de querer pagarnos, es como si un completo extraño que simplemente nos vió de lejos sin ningún tipo de interacción quisiera hacer algo por nosotras... entonces después me di cuenta de quien podría ser, y antes de emitir palabra alguna Janna habló por mis pensamientos.
-El rancherito- Janna volteó a verme con una sonrisa burlona -Tía, tienes que cogertelo muy rico, ese ranchero se quedó con ganas de una rubia despampanante como tú.
-Bueno señoritas, me retiro. Un placer atenderlas... A por cierto, casi lo olvido. El señor me dijo que le diera esto a "La chica rubia"- Dejó un papel con un número telefónico. Él al notar nuestras caras de incomodidad al oír lo que dijo nos confirmó -Esas fueron las palabras que usó el señor, no las quise ofender ni nada parecido, señoritas.
Janna tomó el papel de prisa y me volteó a ver con una cara de burla y perversión.
-Tienes que hablarle, ahora- Me dió el papel y sacó el celular de mi bolsa -Muchas gracias, aquí está su propina. Ya se puede retirar- Le dijo Janna amablemente al mesero. -Vamos, háblale. Aunque sea para agradecer el gesto de la cuenta- Me animó Janna.
-Como crees, mira la hora que es. Mejor mañana le mando un mensaje.
Janna me rodeó los ojos con hartazgo -Como tu digas, señorita delicadeza.
-Mejor ya vámonos, vamos despertar a los chicos- Fuimos a despertar a los chicos, nos ayudaron a subirlos al uber y nos dirigimos al hotel. Cada quien se fue a su habitación, estaba tan cansada que caí rendida en mi cama.
10:00 am
Entre sueños oía un ruido, era como una olla cayendo al piso. En eso desperté y caí en cuenta que estaba dormida en el cuarto de hotel. De esas veces que estás procesado tu vida cuando recién acabas de despertar de un sueño profundo. Salí a la sala y desde ahí se podía ver a los chicos cocinando.
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Destinos - Ovidio Guzmán.
Fiksi IlmiahEster Exposito, desde muy joven fue envíada a a España, a los 2 años para ser exactos. Su madre Angelica Palacios muchos años fue una mujer de la vida galante en Culiacán, donde reside el padre de su hija, pero ante un evidente ataque al cartél dond...