Narrador Omnisciente
El sol estaba en su máximo esplendor, ni más ni menos que a 38°. Mazatlán estaba con la música banda sonando por todo el mar, Ester y sus amigos estaban disfrutando de cervezas acostados en sus camastros, la plática estaba fluyendo súper bien y con armonía. Janna y Víctor simulaban bailar banda, aunque no lo hacían muy bien y tanto Ester como Marco se burlaban de ellos.
Después de algunas horas Ester sentía que ya le estaba pegando el alcohol, se sentía en un extasis absoluto, el ambiente de banda y mar la estaba llevando al nirvana absoluto del goce.
Se sentía como si estuviera drogada, pero sólo era la emoción de el alcohol, y es que ella casi lo tomaba. Sentía la necesidad de buscar a Ovidio, no sabía pero sólo cuando estaba ebria no le tenía miedo a él ni a las posibles consecuencias. Se dirigió a su camastro donde estaba su bolsa y tomó su celular, decidió mandarle un mensaje a Ovidio.
"Ven a festejar con nosotros, te quiero ver."
Lo mandó y salió corriendo a bailar, como niña pequeña se sentía emocionada. Sólo esperaba no molestar ni incomodar.
3:00 pm. Jesús María. Culiacán.
-Necesitas contratar a Gafes para tu seguridad, últimamente vienen detrás de nosotros, andan bien sobres, loco- Iván estaba preocupado por la seguridad de sus hermanos, sobre todo de Ovidio, porque sabía que estaban siguiendo sus pasos desde hace unos meses. Sólo estaban esperando el momento de actuar.
-Lo sé carnal, es sólo que quiero primero agradecer y liquidar a los que tenemos. Después poder empezar a contratar a lo mejores que hayan estado en el ejército- Ovidio estaba muy pensativo, tenía que actuar de inmediato. Pero tenía que aprender a dejar de ser impulsivo y dejar de tomar decisiones con la cabeza caliente.
-Te voy a mandar uno que me mandaron, te los voy a echar para acá para que los evalúen y tomes a los mejores.
-Ya estás carnal, me parece bien. Estamos en contacto.
En eso Ovidio sintió la vibración de su teléfono, lo revisó y sintió una extraña sensación en su interior, pero sentía emoción. Vió el mensaje de Ester y no pudo evitar relamerse los labios, recordar su belleza y sus besos hizo que recordará lo embelesado que lo tenía y olvidara sus problemas.
-¿Todo bien carnal?- Iván se acercó a él.
-Si, es sólo que conocí a una morrita española en el puerto de Mazatlán. Anda de vacaciones acá.
-¿Y luego? ¿Por qué tienes cara de que estás en un velorio? ¿Te da miedo por la Adriana?
-No- Río -Es sólo que si está muy morrita para mi, pero si está riquísima. Estoy evaluando si aventarme o no, no quiero que resulte como lo tuyo con la Citlali. Que al final andaba filtrando información por ahí de nosotros y sobretodo de ti. Y a parte por la edad también- Puso una cara de pensativo.
-Tranquilo carnal, cualquier cosa sabes que aquí andamos. No es la primera vez que sales con una mujer externa a nuestro entorno, ya te la sabes. Con precaución y a lo que vas- Palmeó sus hombros.
-Gracias carnal, como siempre ahí has estado siempre- Le devolvió la palmada -Pues ya lo decidí, voy con esta morrita pero me la voy a traer a un lugar donde no esté tan caliente la zona, quizás me la traigo más para acá al rancho.
-Sería lo mejor, ahora la zona turistica anda con mucho policía, están todos controlados pero uno nunca sabe con tanto puto traidor allá afuera.
-Así son de perros, pero bueno carnal. Me voy de una- Se despidió de su hermano a lo lejos con la mano y subió a su camioneta con tres hombres en ella. Él en la parte de atrás y atrás de su camioneta lo siguieron otras dos camionetas negras más de marca Suburban. Eran diferentes a las que había usado para ir con Ester a dejarla a su hotel, siempre cambiaban de autos dependiendo hacia donde iban.
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Destinos - Ovidio Guzmán.
Fiksi IlmiahEster Exposito, desde muy joven fue envíada a a España, a los 2 años para ser exactos. Su madre Angelica Palacios muchos años fue una mujer de la vida galante en Culiacán, donde reside el padre de su hija, pero ante un evidente ataque al cartél dond...