Alas Rojas | SanSang

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—¿A papá?—

—Sí. Puedes informarle que vives conmigo y que puede venir a visitarte las veces que quiera.

Yeosang cambió su rostro a uno culpable y sus alas pintándose a rosa lo delataron mas.

—A ver, díme lo que ocurre— Seonghwa leía las expresiones del alado como un libro abierto.

—Ya te conté que escapé de Éter... no sé si él ya se enteró que huí. No lo he visto mas desde que llegué al mundo humano— Confesó.

Seonghwa sintió crisparse ante esa informacion. Su paciencia estaba en un limbo delicado.

—Pues debes hacerle saber de algun modo que estas conmigo. Quizá podrias contactat a algun alado que le pueda informar. ¡No está bien que él no sepa de tu ubicacion!— Su tono de voz se habia emdurecido al final y solo lo notó en el momento en que vió las alas pintarse de rojo mas furiosamente.

Yeosang estaba asustado.

Tras tomar aire, Seonghwa se acercó y rodeó al alado con sus brazos.

—Lamento haberme enfadado— Sintió a Yeosang mover la cabeza, aceptando sus disculpas. —Tan solo quiero hablar con él y decirle que cuidaré de tí y tambien necesito hablar temas personales, lo comprendes ¿no es asi?—

—Buscaré la forma de que él sepa donde estoy— Aceptó.

—Asi se habla. Ahora ve a tu habitacion, tengo muchos asuntos que resolver y si piensas ir con los humanos, entonces dile a Wooyoung o a Yunho que te acompañen. No puedes salir solo de ninguna forma— Puntualizó.

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Yeosang retornó al que seria su habitacion en adelante.

—¿Todo bien? Aun estas a tiempo de regresar— San vió el rostro decaído del alado. —No me molesta que te quedes en mi departamento por un tiempo mas.

—Estaré bien. Mi padre prometió que no me haria daño.

—Y lo cumplirá. Te aseguro que no te tocará un solo cabello— Wooyoung intervino en su conversacion.

—Podrias dejar de meterte en conversaciones que no son de tu incumbencia— Le reclamó San y luego volvió su atencion al alado. —Podrias pensarlo unos dias mas antes de decidir.

—No. Quiero quedarme y ambientarme. El lugar es algo tétrico, pero creo que puedo acostumbrarme.

—Entonces no les importará que me quede unos días— San se decidió.

Yunho y Wooypung solo se dieron una mirada, era raro que un humano quiera quedarse en el averno por propia voluntad, aunque lo mismo podia decirse del alado.

—No hay problema si quieres hacerlo. Solo les advertimos que si salen mas allá de aquellos muros, no podran regresar ni nadie podrá ayudarlos— Advirtió Wooypung.

—¿Que les parece si traemos una television?— Yunho cambió de tema.

—¿Es eso posible?— San se sorprendió.

—Aqui todo es posible. Les conseguiremos lo que Yeosang quiera.

El alado sonrió con la idea, su habitacion necesitaba parecerse al hogar de San.

—Entonces quiero unas lámparas de noche, una television, un microondas y... y esa cosa donde se guarda la comida.

—Un refrigerador— Le corrigió San.

—Si eso y dentro tiene que haber varios pasteles de sabores.

Yunho reía mientras movia la cabeza.

—Tendras lo que quieras— Cedió él.