El teléfono seguía sonando sin que su dueño se diera la tarea de checar si quiera quien llamaba, continuaba con las manos cubriendo su rostro, totalmente avergonzado y al mismo tiempo con una sensación de alegría que no experimentaba hacia mucho tiempo. Su terapeuta tenía razón después de todo, con mucha constancia un día sería capaz de recuperar su vida y lo que solía ser como persona.
Lentamente dirigió la mirada a la pantalla esperaba leer un nombre familiar, pero en su lugar decía "Kyoka"
Izuku recordó en seguida las palabras de Ochaco "No aceptes, si no quieres arruinar tu progreso", el peliverde suspiró, le daría aunque sea la oportunidad de saber qué planeaba.
—¿Izuku? - la chica al otro lado del teléfono pregunto con su voz sería y formal.
—Hola Kyoka - podría decirse que casi tenía miedo de responder, el peliverde comenzó a ponerse muy ansioso.
—¿Vas a estar ocupado mañana en la mañana? Necesito hablarte, ¿podrías recibirme en tu apartamento? - la chica también parecía un poco ansiosa —Es muy importante, te juro que no te molestaría si no lo necesitara.
—Está bien, claro que puedes venir - Izuku quería ser cordial con ella, después de todo ella los había mantenido informados sobre la condición de Momo aunque no tenía la obligación de hacerlo.
—Te lo agradezco, no tardaré más de un par de minutos — la chica sonrió aunque el hombre no podía verla —Te veo mañana.
La llamada se cortó dejando al pecoso con un muy mal presentimiento, el chico recordó lo último que supieron de Momo.
—"Dijeron que el bebé murió" - Kyoka lloraba desconsolada —"Y ahora solamente la mantienen sedada porque se ha vuelto a hacer daño, se está arrancando el cabello a tirones y dicen que trató de suicidarse ayer, no me permitirán volver a verla hasta que mejore y nadie sabe cuándo será"
Izuku sintió un escalofrío, él había estado un año es esa morgue, Ochaco un año y medio aproximadamente, pero Momo, ella no tenía idea, pero había estado con los monstruos unos cuatro años, eso explicaba porqué cuando no estaba drogada hasta hablaba políticamente con ellos, los llamaba como ellos querían y sabía qué hacer y el momento indicado para hacerlo, incluso indicaba por qué su celda tenía un retrete y las de los demás no.
...
—Bien no hay más qué hacer - Inasa había estado toda la tarde tratando de luchar con un terrible dolor de espalda y ahora solo quería irse a casa.
—Debemos esperar los resultados de la autopista, hasta entonces creo que es hora de regresar - Kirishima había estado bastante desanimado después de su encuentro con Aizawa.
—Vamos a casa, te invito a una cerveza, pero tiene que ser ahora - Inasa observó el reloj —Atari ya debe estar en casa.
—No amigo, está noche solo quiero dormir y no saber nada más de este mundo de mierda - el más bajo dijo recordando el estado en que acabó esa pobre mujer.
—Si, este mundo es una mierda - Inasa casi cayó en sus recuerdos, pero logró salir a tiempo —Pero aún así insisto, no te voy a dejar solo cuando sé que no te estás cuidando correctamente, viejo si te enfermas quien atrapará a ese hijo de puta, piénsalo.
El más alto sonrió y el de cabello rojo no pudo negarse —Bien vamos - suspiró mientras pensaba "Es mi amigo, me ha salvado la vida varias veces, además lo he visto cuidar a las personas, nada de lo que dijo ese agente imbécil puede ser cierto".
Inasa envió un mensaje de texto con la velocidad de un rayo y subió al auto, esta vez conduciría Kirishima por lo que se prepararía para dormir un par de minutos hasta llegar a casa.

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¿Final Feliz?
Mystery / ThrillerHan pasado dos años desde que la casa de la colina ardió en llamas llevándose con ella más que simples pruebas de los horrores que ahí sucedieron. Es tiempo para saber qué fue de la vida del los supervisores luego de escapar con vida y saber si los...