—¿No quieres tocarla? - Todoroki sonrió mientras se acomodaba en el pecho de una mujer.
Bakugou dió un paso atrás casi horrorizado, el medio albino lo había visto así antes, sabía que estaba aterrado como nunca antes y no iba a negar que amaba con locura ver el sufrimiento en esos ojos de fuego.
—Oh vamos, tú querías venir ¿Lo recuerdas? - se aseguró que las ataduras estuvieran bien sujetas a la cama y luego miró de frente a la mujer que lo observaba aterrada, mientras trataba de gesticular palabras.
—Oh disculpa, pero no puedo entenderte, promete que no me morderás de nuevo y te quitaré la mordaza - susurró muy cerca de su boca.
La mujer asintió lentamente y el que estaba sobre ella procedió a quitarle la mordaza de la boca —¿Qué es lo que quieres? Sabes que tengo mucho dinero, pero no tendrás nada si me matas.
—¿Dinero? De hecho me serviría mucho ahora, pero no estoy aquí por eso - sonrió mientras apoyaba sus brazos a los costados de la cara de la mujer —Quiero que veas a mi amigo, dime qué no lo reconoces.
La mujer miró en todas direcciones, solo había dos personas en esa habitación y el hombre pálido sobre ella le exigía una respuesta.
—¿Tu amigo? ¿De qué estás hablando? Escucha, no tienes mucho tiempo, pronto llegará parte de mi personal y te encontrarán aquí, así que toma el dinero que puedas y vete - la mujer trató de ganar tiempo mientras pensaba en algo —No diré nada, pero debes irte pronto.
—¿Crees que puedes engañarme? - Todoroki bajó de la cama y se acercó a Bakugou, quien seguía a varios pasos de distancia —La gran Mitsuki, no necesita a nadie, ni siquiera en su gran y lujosa casa ¿No es así? - estaba por alcanzar al rubio cuando se giró de nuevo hacia la mujer atada en la cama —Creiste que no te estudiaría antes de venir, además quién te conoce mejor que tú hijo.
—¿Mi hijo? - por primera vez en su vida la rubia no sabía qué hacer o decir.
El hombre estaba comenzando a perder la paciencia —Sabes, la perra está demasiado asustada para decírtelo él mismo, pero digamos que por ahora yo seré su intérprete - caminó nuevamente hasta estar sobre la mujer —Seré sincero contigo, te vas a morir hoy, pero antes yo me voy a divertir mucho.
—Escucha, no sé con quién me confundes, pero yo ni siquiera tengo hijos, es más... - la mujer no pudo terminar de hablar porque un puño se estampó contra su cara con mucha fuerza, la vista se le nubló y todo fue confusión por unos segundos.
Después de unos cuantos golpes, Shouto se detuvo, observó a la mujer y lo vio claramente, no cabía duda, esa mujer era la madre de Katsuki, ahora que sangraba lo podía ver mejor, era su compañero y estaba frente a él, el cabello rubio alborotado, sus ojos y sangrando por la nariz y boca.
—Sabia que no te habías ido - su rostro inexpresivo, pero era capaz de sentir nostalgia —Por tu culpa todo el plan se fue a la mierda y ahora tenemos que empezar de cero... Y lo peor es que nos estamos rompiendo desde dentro.
Con sus dedos intentó limpiar la sangre que no paraba de salir —Debería matarte ahora mismo - la ira se apoderó rápidamente de él —Me abandonaste con los demás enfermos y sabes no me quejo, aún guardo mi camisa con tus cesos cómo recuerdo, quería hacerlo yo mismo, pero ahora sin ti es como estar de nuevo en aquel manicomio.
—Un momento... Yo te conozco - Mitsuki dijo tratando de recuperar la compostura —Saliste en la televisión... Los secuestradores... eres uno de ellos.
Todoroki pareció despertar del trance al escuchar la voz femenina —¿Secuestradores? - su respiración se aceleró por la ira —Así llamas a tu hijo, también salió en la televisión, no me puedes mentir más, sabes quién es, lo peor es que nos conocimos en el "Internado" en el que tú lo metiste, al igual que mi maldito padre.
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¿Final Feliz?
Mistério / SuspenseHan pasado dos años desde que la casa de la colina ardió en llamas llevándose con ella más que simples pruebas de los horrores que ahí sucedieron. Es tiempo para saber qué fue de la vida del los supervisores luego de escapar con vida y saber si los...