1. La llamada

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El teléfono antiguo de la casa de los Tomlinson suena, provocando que el ruido del timbre irrumpa contra la tranquilidad que se situaba en la sala. Al mismo tiempo, Louis, que está sentado en el sillón principal de cuero de la sala a la vez que está tomando un té verde y  escucha una canción de Imagine Dragons a bajo volumen, —ya que se hartó de escuchar música a altos volúmenes— casi se tira encima el té caliente en sus ropas livianas, debido a la sorpresa que le generó.

Louis después de unos segundos, puede estabilizar la pequeña taza que cuelga de su mano derecha con algo de dificultad. Y mira sorprendido aquel aparato.

Hacía mucho tiempo que no sonaba, más que ese aparato se consideraba una reliquia en el año 2055.

Louis chilla para que alguien atienda el teléfono por él, pero su voz ya no es tan fuerte como lo solía ser cuando era joven. Él siempre se destacó por ser el más ruidoso de la banda, el que llamaba más la atención de todos con su peculiar voz un tanto aguda para un hombre de su edad, pero ahora nadie lo escuchaba.

Eso es bastante lamentable.

— ¡Oigan! El teléfono está sonando—chilla tratando de hacerlo más fuerte, pero la casa se ve tan ausente como siempre. Louis quiere darse por vencido. ¿Es que ahora ya nadie se da cuenta de su existencia? Sin embargo, vuelve a chillar una vez más. Esperando que alguien lo escuchara.

— ¿Qué pasa abuelito?—de pronto su nieta, llamada Charlie, la más pequeña de todas, es la que atiende el llamado de su abuelo, ya que había entrado a la sala, corriendo, alegrando al hombre que emboza ahora una sonrisa, al ver a su pequeña nieta de ojos azules, parada al frente de él con su vestido de rayas azules, haciéndole recordar viejos tiempos.

—El teléfono estaba sonando—él contesta borrando esa sonrisa al darse cuenta de que el aparato no sonaba más. Estaba afligido porque la llamada se había perdido y quizás no volvería a sonar nunca más.

Ambos miran el aparato con pesar. Louis sintió que esa pequeña chispa de alegría se había esfumado, más cuando pensó que quizás ya estaba volviéndose loco y estaba escuchando cosas. Pero segundos después, su sonrisa vuelve al escucharlo timbrar de nuevo.

A la niña también se le iluminan los enormes ojos azules que tiene y corre hasta el teléfono, lo toma y atiende la llamada, diciendo hola de una manera tan tierna que hace que Louis se enamore de ella.

—Es para ti, abuelo—dice la niña pasando el teléfono a Louis—. Es un tal Styles.

— ¿Styles?—a Louis se le ilumina los ojos cuando pregunta. Creyó tantas veces que había sido olvidado por sus amigos de banda. —Hola Harry—contesta el teléfono con una sonrisa.

—Hola Lou—se oye la voz aún más ronca de aquel chico que tenía rizos castaños, que por cierto ahora son de un tono gris blanquecino.

— ¿Qué tal tu vida?—pregunta Louis entusiasta.

—Muy bien, ¿La tuya?—carraspea Harry y tose un poco, Louis piensa que es posible que a Harry le afecte el frío de esta época.

—Muy bien, también y gracias por preguntar, Harry.

—Me alegro—él realmente está alegre volver a oír la voz de Harry.

—Quería decirte que, he organizado una pequeña fiesta o reunión como quieras llamarlo—habla Harry tan pausado como siempre lo ha hecho—. Y quería que estuvieras allí. Es por los viejos tiempos.

— ¿En serio? ¿Los demás irán? —Louis estaba bastante confundido.

—Ya los llamé, y dijeron que iban todos—dice Harry con un tono jovial.

—Y... ya sabes...—Louis habla con un poco de temblor en su voz.

— ¿Zayn?—pregunta Harry como adivinando lo que Louis pensaba—. Yo lo llamé. No sabes lo mucho que me costó encontrar su teléfono ahora después de tantos años y más que ya casi no recuerda muchas cosas, pero dijo que sí. Es como un niño otra vez—. En ese momento Louis suspira pero se siente feliz, ya que uno de sus grandes amigos podría estar de vuelta con él y hablar de qué ha pasado con su vida. A pesar de todo, ya los rencores han quedado en el pasado, en el que nunca tuvo que pasar—. Realmente muero por verlos a todos—suspira Harry alegre.

—Yo también—dice Louis sin poder esconder su alegría—. Pensé que se habían olvidado de todos nosotros.

— ¡No, para nada! —Dice Harry—. Sólo que bueno, las cosas han cambiado, obviamente, pero básicamente todos están muy alegres de vernos de nuevo.

—Yo lo estoy—dice Louis con una sonrisa—. ¿Cuándo es la reunión y dónde? ¿Es en tu casa de Holmes Chapel?

—Es este domingo, desde la mañana si pudieras, me pareció adecuado avisarles hoy que es martes y sí, es en mi casa de Holmes Chapel.

— ¿Hoy es martes? —pregunta Louis perdido en su mente.

—Sí, hoy es martes, veintitrés de enero del año 2055 por si acaso la memoria nos falla—rió Harry ante la ironía.

—A mi me está fallando, créeme, por lo mismo le diré a Charlie, mi nieta que lo apunte por mí—la pequeña niña mira a Louis y niega con la cabeza, balbuceando que ella aún no sabe escribir.

Harry ríe de nuevo, ya que pudo escuchar a la niña hablando.

—Está bien, Louis, te cuidas, y nos vemos el domingo, entonces—se despidió Harry con nostalgia, aunque estaba tan feliz de volver a hablar con su compañero del alma.

—Igual Hazza—cuelga el ruloso después de la despedida. Louis suspira con una sonrisa dibujada en sus labios llenos de arrugas, para luego colgar el teléfono.  

Louis realmente estaba feliz, hacía mucho tiempo que su edad le estaba jugando una mala pasada y ya no se sentía el mismo de antes. Ahora solo quería descansar y descansar, no saber del mundo y de sus adelantos tecnológicos, ya que lo hacían sentirse lejos de lo que una vez le hizo feliz. Pero el volver a tener noticias de sus amigos de la juventud lo hacía sentirse jovial de nuevo.

Por fin haría que todas esas hermosas memorias junto a sus amigos volverían. Por lo mismo, quería que el tiempo pasara rápido y que ya fuese domingo.



Act My AgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora