6. La reunión

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Todos estaban nerviosos.

Los cinco hombres que tenían al menos más de quince años sin verse, sentían ese cosquilleo en la boca de sus estómagos. Cada uno la hacía reflejarse de forma distinta: Niall se mordisqueaba las uñas, Harry no paraba de mover de un lado a otro el dije de una cadena que pendía de su cuello—un regalo de una de sus hijas—mientras veía los últimos detalles, todo tenía que quedar perfecto; Liam, no podía siquiera hablar y a cada rato sentía su boca seca. Louis no dejaba de martillear con los dedos su muslo derecho y finalmente Zayn, él solamente estaba calmo y sereno, pero sus pensamientos estaban prendidos al máximo. Tenía una cabeza muy bulliciosa, llena de ideas y tratando de imaginar cómo sería la reunión en la cual faltaban tan solo unos minutos para que el tal esperado momento llegase.

El auto de la familia Horan fue el primero en llegar, con unos minutos retrasados. El segundo auto, fue el de la familia de Louis. El tercero en llegar fue el de Zayn. Y esto realmente no fue porque no quisiesen llegar; siempre ha sido difícil hacer que toda una familia se aliste rápido y que estén al mismo tiempo. Harry eso lo entendía y lo agradecía ya que notó más de un defecto en su residencia o en la decoración.

Por fin, todos los cuatro vehículos han aparcado en el gran patio de la casa de Harry. Muchos se han quedado maravillados por tal belleza del lugar en que el hombre de rulos ahora ya no tan definidos vive. Es un palacio de ensueño.

La nieta de Louis inmediatamente que lo vio dijo:

— ¡Mira, abuelo! ¡Un castillo!

—Un castillo de princesas—dijo Louis sonriente—. Como tú—tocó con su dedo índice la pequeña y delicada nariz de la pequeña haciéndola reír.

Los niños fueron los primeros en bajar de los autos y echar carrera con sus juguetes favoritos en mano mientras gritaban y reían.

Harry rió al vernos. Él esperaba en el umbral de la entrada del corredor de su gran casa.

Al ver a sus cuatro amigos, algunos de ellos como Niall, bajando con un poco de dificultad —lo cual era un hecho casi imposible de creer, pero al parecer la rodilla le estaba dando problemas al rubio que ahora era un poco canoso—, sonrió de esa manera jovial que se le caracterizaba en el pasado y levantó la mano en alto sacudiéndola acompañándolo por un grito en forma de saludo.

Harry se acercó al lugar donde los autos se habían estacionado, con pasos un poco vacilantes al principio. Todos se veían diferentes. No eran como él los recordaba, aunque mantenían siempre esas expresiones tan suyas que no se podían borrar a pesar de los años y las arrugas.

Eran sus amigos. Sus hermanos. Y se había reencontrado con ellos. Por fin.

Un fuerte abrazo es lo que Harry dio a cada uno de ellos, luego uno entre cada uno de ellos, para finalizar la sesión de abrazo se dieron uno grupal como en los viejos tiempos.

—Ustedes están muy gorditos, no puedo estirar mis brazos—bromeó Louis haciendo reír a los cuatro hombres.

—Yo no—se defendió Harry. En definitiva, Harry era el único que mantenía su forma.

Luego de unas risas más y de terminar de presentar a toda su familia cada ex integrante de la banda, Harry hizo pasar a todos al salón en donde estaba toda la decoración y las mesas para que todos pudieran sentirse como en casa.

La misma la sala tenía una mesa especialmente preparada para que los cinco hombres se sentaran juntos y así poder hablar de qué había acontecido en sus vidas en esos tan largos quince años o más. Lo cual, sus esposas y familia de cada aceptaron muy gustosa y sin mayor problema. Era algo muy lógico.

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